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Mostrando entradas de noviembre, 2009

El despiece: Onion

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El pasado viernes pude ver en directo a Ainara LeGardon por segunda vez este año, presentando un disco ( Forgive Me if I Don't Come Home to Sleep Tonight ) que acaba de publicar después de meses de retrasos motivados por diversos contratiempos. Es simplemente el capítulo más reciente para una artista que a base de rigor, honestidad y pericia no ha hecho más que mejorar y consolidarse con los años, disfrutando de un reconocimiento unánime desde que inició su carrera en solitario con la aparición de In the Mirror (2003), un trabajo con el que se adentró en un terreno oscuro y doliente del que sigue explorando las cavidades. Lo que muchos desconocen más allá del apunte biográfico es que entre 1994 y 2003 estuvo al frente de una de las bandas en retrospectiva más memorables y extrañamente castigadas de la escena independiente española de los años 90, Onion , surgida en Salamanca cuando Elicer Palacios (bajo), Jorge Sierra (guitarra) y David (batería) -agrupados entonces en l

Escenarios: Ainara LeGardon - Heliogàbal (Barcelona), 20 de noviembre de 2009

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Cada vez es mayor el número de mujeres que ocupan un lugar notable dentro de la escena musical de nuestro país, o que al menos intentan estar. Muchas le ponen voz a nuestras desilusiones e ilusiones amorosas, a la nostalgia provocada por el paso del tiempo o la irremediable soledad, pero a veces lo que hacen parece genérico. Otras se ocupan bastante bien de articular discursos mordaces, hilarantes y cotidianos que nos hacen asentir con la cabeza, entre sonrisas y con los ojos entornados pensando "cuánta razón; patética vida". No encuentro a ninguna como Ainara LeGardon , a nadie que me haga mirar cara a cara con la aflicción; que explore ese territorio psicológico turbador y que pueda narrar de forma tan precisa lo que encuentra en esas excursiones; capaz de hacerte tiritar sin estridencias, de provocar tantas imágenes y reflexiones, de inspirar, con parcos elementos. Tengo un pánico aterrador a las alturas, nauseabundo vértigo; pero si se trata de sacar la cabeza a nuestr

Escenarios: Alondra Bentley - Sala Apolo (Barcelona), 18 de noviembre de 2009

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Pequeñas mesas con manteles rojos, algunos de ellos con pequeños agujeros de quemaduras, situadas a dos, tres metros del escenario; una veintena de ellas, supongo. Seamos románticos y no injustos: es el aspecto que tiene la sala Apolo cuando acontecen en ella los conciertos intimistas, que enriquecen el oído con sutilezas habitualmente acústicas y a ritmo de medio tiempo. Poder ver a Alondra Bentley sentado en una de esas mesas en Apolo en vez de estar de pie en una sala de menor aforo es necesario y de agradecer. A pesar de haber visitado la ciudad en anteriores ocasiones este año, Bentley no había tenido la oportunidad de ir más allá de los apresurados showcases, así que por primera vez presentaba Ashfield Avenue sin necesidad de mirar el reloj preocupada por el artista que actuaría después. La acompañaron sobre el escenario los habituales Caio Bellveser (contrabajo, piano), Xema Fuertes (guitarras, banjo, teclados) y Pepe Andreu , que aportó puntualmente pizcas de trompeta

Imperdible: The Slits - "Cut" (1979)

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Ojeando ayer el extenso e interesantísimo libreto que acompaña la reedición expandida del debut de The Slits , me topé con una cita de Viv Albertine (guitarra, voz) en la que reflexionaba diciendo que, mirando hacia atrás, grupos con chicas como ellas, The Raincoats, X-Ray Spex o Siouxsie & the Banshees aportaron cosas al punk que hicieron de él un movimiento musical mucho más interesante. El factor femenino y su particular sensibilidad; ese algo que siempre me ha atraído en la música desde pequeño y que aún hoy no consigo explicar bien. Pero hay algo definitivamente especial y fértil en el enfoque creativo de las mujeres y en cómo se expresan artísticamente; las cosas nunca son tan obvias. Cut (1979) es uno de los trabajos imprescindibles de la época post-punk, y uno de sus más sobresalientes exponentes en cuanto a inventiva, transgresión y creatividad; fascinante como solo puede serlo lo insólito. Dar con esa fórmula que acabó por hacer de Cut -y por extensión, de The Retur