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Mostrando entradas de 2010

Minutos: Paseos 2010 (y 3ª Parte)

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Descoser, mirar, comprender. Las últimas ocho composiciones de esta extraña lista que me he sacado de la manga y con la que Picadura de Abeja cierra el año 2010. Feliz año. Nina Nastasia – 'Treehouse Song' ( On Leaving , 2006) Se cruzó en mi camino esta canción de Nina Nastasia en un momento en el que sus palabras encajaban exactamente con una situación que se acababa de esfumar. Jugando con el concepto de la casa en el árbol, narra la cegadora sensación de comodidad y acomodamiento que uno encuentra en la vida doméstica compartida, mientras se debilita todo lo demás. La brisa que recorre las estrofas crea remolinos de hojas secas en el estribillo con el añadido del piano. “Cada noche te prometía / que bajaríamos a ver a los amigos que conocimos una vez / pero cada noche me inventaba una excusa / y nunca me bajé del tejado” . Best Coast – 'Our Deal' ( Crazy For You , 2010) Creo que si a varias webs musicales se les dio justamente esta canción meses antes de que se publ

Minutos: Paseos 2010 (2ª Parte)

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La segunda tanda de los Paseos de 2010. Acabando los de la última parte para mañana me doy cuenta de que quizás sea una sutileza, pero esto acaba siendo un diario personal. Owen Pallett – 'A Man With No Ankles' ( A Swedish Love Story , 2010) Pallett escribió esta canción al respecto de lo absurdo de darle vueltas a las cosas en busca de la perfección, a riesgo de perder la espontaneidad y la frescura primeriza, pero con versos como “En algún lugar entre la ventana y la puerta / me acordé de lo que era jugar, jugar, jugar” y el optimismo contagiado de nostalgia de todo lo que suena, bien puede aplicarse también a esas ocasiones en las que nos ponemos demasiados obstáculos en la vida diaria y deberíamos dejarnos un poco más en paz. Extraperlo – 'Noche en la Montaña' ( Desayuno Continental , 2009) Lo de bailar con el corazón en la boca adquiere en el ambiente nocturno y tristón de este tema un significado literal y conmovedor. Sigo volviendo a esos versos que resumen tan

Minutos: Paseos 2010 (1ª Parte)

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Mezclando sin complejos canciones aparecidas este año, descubrimientos añejos (que para uno pertenecen al año que los descubre, ¿no?) o temas que no han significado algo para mí hasta hace nada a pesar de conocerlos, Paseos (ferrocarriles, bicicletas, metros, pasos en círculos en un comedor; diablos, pasos en círculos en sueños) es una lista que desverlaré en tres partes hasta fin de año, sin un orden particular, que incluye esos momentos musicales que han sido pequeñas obsesiones durante los últimos doce meses. Huellas que definen lo que ha sido mi año, en definitiva. Beach House – 'Walk in the Park' ( Teen Dream , 2010) ¿Alguna vez habéis tenido la sensación de olvidaros progresivamente de los detalles de algo a base de acudir a su recuerdo con demasiada frecuencia? Es paradójico. Es como creer que estás coloreando sobre un folio sin darte cuenta de que lo que frotas sobre el papel es una goma, hasta que se hace un agujero. La comodidad que uno encuentra en pasar tiempo con

Imperdible: Vivian Girls – “Everything Goes Wrong” (2009)

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De haberse publicado en 2010, el segundo álbum de Vivian Girls hubiera figurado entre mis tres discos favoritos de este año, poniendo el contrapunto agreste a la solemnidad de los de Beach House y Owen Pallett. Al fin y al cabo descubrí Everything Goes Wrong (2009) el pasado mes de julio. El trío afincado en Brooklyn (Nueva York) actuaba en Barcelona y, poco a poco, la idea de quizás asistir se fue convirtiendo en “cuánto falta” a base de escuchar repetidamente la sesión desenchufada que grabaron para Daytrotter , cuatro versiones lustrosas de su cancionero que podría figurar como uno de sus mejores EP’s en su discografía si llegase a editarse. La verdadera naturaleza de la banda, alejada de la nitidez de esa sesión y envilecida en alta tensión eléctrica, me la despacharon estupendamente en ese concierto. Ahora asocio inevitablemente  Everything Goes Wrong a la euforia del verano pasado: mis primeros trayectos en bicicleta por la ciudad,  con destino y sin destino; el buen y mal 

Minutos: The Go-Betweens - 'Bachelor Kisses' (1984)

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Hace dos días, di con esta canción al hacerme con varios singles y EP's de The Go-Betweens , prácticamente todos los que publicaron entre 1978 y 1988, con la intención de conocer un poco más su trayectoria. Hacerlo a partir de los singles es una buena manera; tienes un acercamiento a lo que pretendieron ser las canciones con potencial para ser radiadas y acceso a gemas que fueron relegadas a cara B. Escuché varios aleatoriamente, haciéndome una idea del pop más saltarín de sus inicios bajo las chispas de la aguja del reproductor de vinilo y detectando claramente cómo a mediados de los años 80 su artesanía pop se depuraba y atizaba corazones con la madurez conmovedora que tan bien capturarían en discos como Tallulah (1987) o  16 Lovers Lane (1988). "Volvíamos de pasar las navidades en Nueva York, habiendo perdido a nuestra compañía de discos (Rough Trade) por el camino. Escribí la canción en inmigración, cuando me negaron entrar en el Reino Unido. La primera person

Escenarios: Best Coast + Furguson - Razzmatazz 2 (Barcelona), 17 de diciembre de 2010

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Vivimos una época en la que con facilidad se resuelven los misterios, si es que queda algo que pueda llamarse así. Gracias a determinada red social a la que es asidua, la tarde del mismo viernes que tocaba en Razzmatazz 2 sabíamos que a Bethany Consentino (guitarra, voz) le había resultado epatante y, seguramente, gustado mucho, que alguien le dijera que Best Coast "tocan canciones de Nirvana, con melodías escritas por Ben Gibbard y la voz de Courtney Love" . A mis ojos eso no podía resultar un mayor esperpento estético, que no podía comprender, y que a ella le entusiasmara me dejó un poco intrigado, aunque lo atribuí a su cariño por el Live Through This de Hole, que ha alabado en el pasado. La cuestión es que esa pequeña apreciación de un fan pareció motivar a Bethany en el enfoque de su actuación adoptando puntuales tics que al que haya seguido un poco a la viuda de Cobain le sonarán a pequeños intentos de, por una noche y en su cabeza, hacer un poco como ella; pienso

Por el atajo: Moonshake – “First EP” (1991)

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La primera vez que escuché una canción de Moonshake acabé aturdido; angustiado y pegajoso de sudor, como si me encontrara atrapado en un atasco en medio de la ciudad en pleno agosto, metido en un coche sin ventanillas, e incluso los sonidos más insignificantes vieran aumentados sus decibelios hasta gritarte en la cara. Una fábula monstruosa -que no cacofónica- donde los edificios, el suave seísmo del suelo al paso del metro, el automatismo apresurado de la vida diaria, el click-clack del intermitente, el imperceptible zumbido de la bombilla de un semáforo… Todo ello te provocaría una psicosis reveladora que acabaría por abrirte los ojos. La música de la banda británica no siempre tuvo estas características; son más bien cualidades que fue adquiriendo a base de pequeñas mutaciones, pero en sus dos últimos álbumes la voz de David Callahan (voz, guitarra, samplers) ya podía considerarse la mejor emisaria de la intranquilidad y el desconsuelo propios del fin del siglo XX, y sus canci

Imperdible: The Sugarcubes - "Life's Too Good" (1988)

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Entre los vinilos y casetes que había por casa cuando era pequeño, en muchos casos no teníamos los discos que se consideran clásicos indiscutibles de cada uno de los artistas: de Patti Smith estaba  Radio Ethiopia pero no Horses ; de The B-52's teníamos Wild Planet pero no el disco homónimo; teníamos Pretenders II pero no Pretenders ; teníamos incluso un disco de Vangelis que a nadie le importa y que a mí me gusta mucho, See You Later (ahí está 'Memories of Green', que acabó en la banda sonora de Blade Runner ). En cierta manera, era algo bueno porque tú no sabías que eran discos difíciles de digerir, decepcionantes o directamente malos. Los recibías sin ninguna referencia y dependía de ti convertirlos en clásicos. De The Sugarcubes , la banda que sirvió de tarjeta de presentación mundial a Björk (voz, teclados), teníamos  Here Today, Tomorrow Next Week! (1989). Pasaba una cosa extraña; cuando metían la cinta en el radiocasete del coche por la cara A se aceleraba d

Imperdible: Sebadoh - "Bakesale" (1994)

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La percepción del tiempo, conforme creces, se hace más y más extraña. Su paso no solo se vuelve progresivamente más veloz –algo además irreversible- sino que, a causa de eso mismo, lo vivido parece simultáneamente cercano y a años luz. Hoy me acordaba de cuando me compré este disco de Sebadoh . Era 1999. Que entonces tuviera quince años no hace más que acentuar el hecho de que me parezcan los dibujos de humo de la vida de otra persona. Veo a ese chaval retraído hasta lo doloroso, que se resignaba a que la peluquera del pueblo le cortara el pelo a máquina aunque lo odiaba, que se afeitaba con agua fría porque nadie le había dicho cómo hacerlo y se iba con la cara cortada al instituto cada cuatro días, demasiado asustado como para hablar (eso no ha cambiado demasiado según se mire). Recuerdo mirar fotos de sexo y no tenerlo, y comprar discos antiguos cuando solo había podido escuchar una canción en un videoclip dentro de  Sputnik o en un CD sampler que venía de regalo con un disco qu

Escenarios: Primavera Club (Barcelona), 24 al 28 de noviembre de 2010

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Reviso mi informe sobre el Primavera Club del año pasado y me doy cuenta de que decidí destacar solo seis conciertos, si la memoria no me falla prácticamente los únicos que vi en condiciones. Este año, a priori, no había en el cartel nadie que me entusiasmara tanto como podían hacerlo Scout Niblett o Tara Jane O’neil sobre el papel; pero contra toda previsión (fuera por pillarme más despierto o más curioso) el recorrido por este cartel plagado de nombres que había ido investigando los últimos días ha acabado cundiendo más que el de 2009: todo lo bueno y todo lo malo ha conducido a algo, y las características de una banda me han llevado a entender a otras y viceversa. Profundizando en eso, si de algo me ha servido el Primavera Club es para confirmar mi predilección por la suciedad en la música, una cualidad sutil y para nada literal que se me antoja difícil de describir pero que me supone un problema cuando en un grupo brilla por su ausencia. Ese ‘algo’ quebradizo que hace que lo que s