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Mostrando entradas de junio, 2010

Imperdible: Red House Painters - "Red House Painters (I)" (1993)

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Hay una sensación terrible, difícil de capturar en palabras, que se tiene de manera repetida ante la pérdida de alguien, cuando todo es todavía reciente y los buenos recuerdos te asaltan por sorpresa tergiversando su significado natural y convirtiéndose en armas de poder devastador. Esas veces en las que encontrar una vieja camisa en el fondo de un armario, pillar en la tele un programa que solías ver acompañado o recibir una llamada de alguien que ya no es nunca esa persona puede desatar esa leve ansiedad en el pecho, amasada a base de temor a la soledad, vulnerabilidad, añoranza por el roce de un abrazo y del amparo de contar con un cómplice, y las lágrimas asoman aprisa en los ojos, como enviadas por inyección.  Mark Kozelek  (voz, guitarra) dijo casi diez años después de publicar este disco que, aunque era el favorito de muchos de los seguidores de Red House Painters , a él lo único que le venía a la mente con solo ver la funda eran nueve meses de preocupación, sin duda los que

Imperdible: Liz Phair - "Exile In Guyville" (1993)

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Mi predilección natural por el trabajo de las mujeres cuando se trata de música prueba que las cuestiones de género no han sido algo que me acomplejara, ni en tiempos donde hacer propaganda de ello -me refiero a la detestable adolescencia- te ponía en una posición difícil. Que mi educación musical empezase a través de las voces de Siouxsie, Nina Hagen o Kate Pierson y Cindy Wilson (The B-52's) debió ser clave para que, de ahí en adelante, nunca me plantease si estaba identificándome con un relato que le pertenecía exclusivamente al género femenino. Ahí fuera, en cambio, la cuestión suele pesar y no hace falta tener una intuición muy desarrollada para darse cuenta de que al hombre heterosexual le cuesta relajarse y hacer suyo lo que está explicando una mujer. Cuando en 1993 se publicó  Exile In Guyville  de  Liz Phair , nada parecía más llamativo que identificar a una mujer de veinticinco años como la autora de unas canciones ahora impúdicas, ahora sarcásticas, que conformaban

Escenarios: Christina Rosenvinge - Luz de Gas (Barcelona), 10 de junio de 2010

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¿Alguien se acuerda de las declaraciones románticas delante de todo el público de un plató en "Lo que Necesitas es Amor"? O, ¿por qué ir tan lejos en el tiempo? El formato aún se aprovecha en los programas de testimonios; seguro que cazar algo así no es tan difícil haciendo zapping. Yo no necesito ni encender la tele para tener fresco el recuerdo de una situación similar: solo tengo que acordarme del concierto de ayer de Christina Rosenvinge en Luz de Gas . La velada, cobijada bajo el título "En Persona", no iba a ser un concierto al uso, sino que se iban a intercalar preguntas por parte de los asistentes, con suerte algo de tertulia con la artista, historias y curiosidades, peticiones lanzadas al aire en busca de la sorpresa de verlas cumplidas, pero no; hubo una barrera que nunca se rompió y los únicos valientes que salieron a la palestra micrófono en mano fueron aquellos que querían declararle su amor y admiración y vieron la oportunidad de oro para hacerlo. Par