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Mostrando entradas de julio, 2011

Escenarios: Joanna Newsom + Beach House - Poble Espanyol (Barcelona), 28 de julio de 2011

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Creía que los viajes interplanetarios se utilizaban como símiles para describir un estado de absentismo mental propiciado por la falta de atención, por desatender lo que se tiene delante (por arduo, por poco interesante) y optar por perderse en pensamientos idílicos que hagan pasajero lo que parece un rato interminable. La expresión "ascender a la luna", "estar en la luna", debería tener una nueva acepción equivalente a, me atrevo a decir, la felicidad y el éxtasis más puros después de dar cobijo a un doble cartel como el que bordaron el pasado jueves en Poble Espanyol dos nombres primordiales de la música de nuestros días, de sensibilidades en el fondo muy parecidas; un doble cartel cobijado bajo el nombre de Fly Me To The Moon. Iba a ser una noche de sutilezas, algo que al aire libre y en un recinto de aforo considerablemente grande presagiaba molestias que, al menos entre las primeras diez filas, no llegaron a materializarse. Acertadamente, puntual cuando

Momentum: The Cranberries - "Everybody Else Is Doing It, So Why Can't We?" (1993) / "No Need To Argue" (1994)

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Esta tarde he hecho dos cosas que no hacía desde 1995. Paseando por el campo, me he acercado a un zarzal y he arrancado una mora de las oscuras, más grandes y gustosas que las rojas, como cuando vivía a las afueras del pueblo con mi madre. Lo otro ha sido volver a escuchar a  The Cranberries  con curiosidad, con una pequeña diferencia: a los once años estaba descubriéndoles; a los veintisiete, he sentido el impulso de revisar esos discos tan importantes para mí en su día y comprobar si queda algo que concorde con mis gustos ahora. He acabado articulando este texto en la sección 'Momentum', pero casi lo enmarco en una nueva, barajando títulos como 'El que Mira en los Accidentes', lo que explica que, a pesar de las ganas de ponerme esta música, he hecho el análisis con un extraño sentimiento de guilty pleasure  de partida. No importa cuánto pudiera gustarme a mediados de los años 90; con mis razones, abandoné al grupo con rechazo. Pero estos días me he dado cuenta de

Imperdible: The Cardigans - "Life" (1995)

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En las campañas publicitarias de los años 50 y 60 perduran algunas de las representaciones más memorables y atrevidas (también perversas y satíricas) de la sociedad contemporánea más acomodada, tanto adulta como joven. En la publicidad de esos años impera una felicidad empachada de idealismo mucho más artificiosa que la de hoy en día, pero tampoco era algo exclusivo de los anuncios: está en los parpadeos coquetos y en los exagerados arrumacos de las películas; en las enceradas sonrisas de "buenos días", sombrero en mano, y en los bajos de los pantalones; en las manos que rodean cinturas y en las que sostienen tanto copas de White Russian como sartenes con la misma elegancia. Está ese espléndido estrés entre el deseo de maldecir y el autopiloto de tener que saber estar; la imagen de la pulcritud y la corrección -siempre estilizada- cubriendo la desidia y el enojo por verse atrapado en una vida tan ceñida. La esencia de la música que nos dio a conocer a  The Cardigans  tiene mu