En el trastero: Dangerous Birds (1981-1983)
Aunque cueste imaginárselo, Thalia Zedek (primera a la izquierda en la foto) también fue joven y bisoña. Ya hace unos cuantos años que en su rostro, en sus ojos de color verde blanquecino, reconocemos el relieve del dolor de la culpa, de los errores que han acabado en fracasos personales y sentimentales; de quien se sabe peligrosamente adicta y (auto) dañina sin poder remediarlo. Incluso envueltas en la furia implícita del torrente de guitarras, sus composiciones en bandas como Live Skull o Come siempre han estado infectadas de una melancolía tan hermosa como enfermiza (más tenue en sus discos en solitario), al tiempo que escarban en ese lado del cerebro que nos causa las más asfixiantes pesadillas. En Massachusets (Boston), con veinte años recién cumplidos, Zedek formó el que consta como primer grupo serio de su carrera en todas sus biografías, Dangerous Birds . Se trataba de una formación íntegramente femenina en la que compartía guitarras, voz y pluma con Lori Green (tamb