Escenarios: Boat Beam - Plaça del Rei (Barcelona), 24 de septiembre de 2009


En medio de una programación del BAM algo desangelada para mi gusto -con todos mis respetos, añado; es simplemente porque me pilla en una temporada quizás poco aventurera, y no me ha apetecido investigar a muchas de las bandas que no conocía este año-, ayer actuaron Boat Beam en la Plaça del Rei en lo que era su segunda visita a Barcelona después de su breve actuación en la en febrero (la primera desde que se ha publicado su primer álbum). Lo que el año pasado -en el mismo lugar, el mismo día- fue para Russian Red como una especie de confirmación de su capacidad para convocar a las masas (y es que debía ser su quinta visita a la ciudad condal en cinco meses, revuelo mediático aparte), para Boat Beam fue su presentación oficial ante un público que en números no se quedó corto, y no solo de curiosos incentivados por el breve texto del programa en el que se describía al trío femenino como "mágico", sino también por gente que ya sabía de las maravillas de su debut.

Puntuales sobre el escenario, se presentaron sin ningún acompañamiento adicional, pero la simplificación de las formas no estuvo reñida con los matices; su música no respira precisamente gracias a los añadidos del disco, sino que se sustenta en la suma de violonchelo, violín, guitarra o piano de las tres componentes con resultados notables. Aún así, el inicio del concierto fue algo disperso al empezar con dos de sus piezas menos concretas y lentas, Òcean as Second Skin' y 'Puzzle Shapes', y seguirlas de una versión de un tema llamado 'Ill Wind', popular en la voz de Ella Fitzgerald -como se encargó de comentar Josephine Ayling (voz, guitarra, piano) en uno de sus simpáticos apuntes cara al público- y que tampoco acabó de alzar el vuelo de la actuación: fueron todas ellas interpretaciones impecables, pero quizás hubieran estado mejor repartidas en distintos puntos del setlist. La cosa cambió justo después, cuando Josephine le cedió el piano a Aurora Aroca (violonchelo, piano, voz) y se calzó la guitarra eléctrica para soltar de un tirón los temas más redondos de Puzzle Shapes; la presencia de la guitarra, de alguna manera, las hizo más humanas y perdieron un poco ese halo distante y recatado de pop de cámara de la primera parte. Así, enseguida conectaron con el público mediante la alegre excursión que es 'Session Cats' y el galope pegadizo de 'Falling Over', pero la verdad es que cuando empieza a sonar 'The Rain Pauly' es cuando se para el mundo: no sé si es porque cada vez que la escucho me sigue remitiendo a las virguerías con olor a musgo, tierra y ramas mojadas en el suelo a las que daban forma Cynthia Nelson y Tara Jane O'neil en Retsin, pero esa canción tiene un peso emocional especial que pone los pelos de punta, y ese aire inquieto se mantuvo un rato más al enlazarla con otra de sus piezas más audaces, 'Lion Hunt', cerrando un segmento prácticamente perfecto. Tras ello, Josephine volvió al piano y al ritmo de vals subrayado por el shaker de Alysha Buttke (violín, percusión, voz) 'One Becomes Two' sonó llena de anhelo.

Cerraron la noche con otro vals de formas más excéntricas (esas melodías vocales imprevisibles), 'Igloo', de forma festiva e invitando a la audiencia a cantar y a dar palmas. al igual que en el disco, el ritmo se acelera hasta que reina el caos y entonces todo acaba abruptamente. "¿Ya está?". El corte brusco lo acentúa más: se ha hecho corto. ha sido muy bueno. que duren mucho tiempo.

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