Minutos: Villarroel - 'Ay, Quién Fuera a Hawaii' / 'Pesca de la Langosta' (2011)
Creo que la idea de escapismo y de romper con todos los cortapisas que restringen lo que podría ser una existencia idílica y radiante no es solo algo que anhelamos todos en la época que nos ha tocado vivir. Es algo que nos define; nos define y define nuestra utopía, claro.
Elsa de Alfonso ha dado en el clavo con las dos últimas grabaciones que se le conocen a Villarroel, pasos de gigante tras unas primeras maquetas que ahora sabemos que no eran más que una demostración, íntima y recogida, de lo que podían dar de sí sus ideas. No solo sabe recoger en el sonido toda la sustancia del pop español más minimalista, geométrico y sórdidamente nocturno de los primeros ochenta o de los espacios vacíos de la no-wave americana, sino que es también lúcida y astuta para adoptar el mismo sarcasmo de personajes que decían tanto mediante la sorna y la falsa lectura absurdista como Poch (Derribos Arias) y Rodrigo de Lorenzo (Ciudad Jardín). Al igual que ellos, Elsa no tiene miedo de poner una voz bobalicona para narrar algo con más subtexto de lo que a priori aparenta.
Estas dos canciones no vienen juntas, pero tienen mucho en común. 'Ay, Quién Fuera a Hawaii' es una deconstrucción de un tema compuesto por Vainica Doble y publicado originalmente en 1973 que con el fraseo apesumbrado y cavernoso de Elsa (todo lo que suena lo toca ella) se nos hace tremendamente vigente y familiar, descriptiva del panorama desolador que nos rodea: "Somos prisioneros del establishment / vil estructura el marketing, marketing (...) / Fundamentalmente estamos condicionados / y naturalmente ahora con hijos incorporados / No hay ocasiones de ir a Hawaii". Los suaves e insistentes toques de bongos, la sensualidad de una guitarra serpenteante que se retuerce cuando es preciso, contruyen un espejismo y se mofan de nuestra incompetencia para abrazar algo más placentero que una vida gris, rutinaria y manejada por otros.
'Pesca de la Langosta', a ritmo de vals tétrico y grabado ya con las aportaciones de Max Casamor (bajo) y Helga Juárez (batería), sigue la misma línea argumental, pero la protagonista de la historia vive una misteriosa noche en la que se le presenta la posibilidad de desaparecer como a quien le toca la lotería, encontrándose un billete en el bolsillo cuando se despierta en medio de la nada: "Sueño caribeño / vida distinta en la costa / pesca de la langosta". Ambos temas tienen un atractivo envolvente, descuidado y seductor; es como si hubiera habido un repentino salto desde 1983 hasta hoy y alguien tuviera la maestría para ahondar en algo que empezaron a explorar las bandas surgidas en los primeros años de nuestra democracia y a lo que no pudieron dar continuidad, bien porque desaparecieron o simplemente porque se desviaron hacia caminos más pulidos y menos espontáneos. Ojo, que lo que digo en esta última frase es que Villarroel es mucho más que el insufle de aire a determinado espíritu y estética.
'Pesca de la Langosta' aparecerá en un disco compartido con otras bandas afines como Capitán, Arponera y Viva Ben-Hur que va a publicarse muy próximamente, pero de manera egoista pido que no tarden en volar por su cuenta y que nos desvelen urgentemente cuantas más canciones mejor.
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