Directo: Patti Smith - WBAI, 28th May 1975


Ayer por la tarde vi un pequeño documental sobre Patti Smith que emitió el canal Arte en 1997. Mezclaba imágenes de archivo de todas las épocas de Patti, incluso las de una muy primeriza entrevista realizada en 1971 donde podía percibirse esa energía optimista de la joven que había llegado a Nueva York para perderse en el mar de las posibilidades, que vivía en el Hotel Chelsea con Robert Mapplethorpe, que hablaba ante la cámara de sus orígenes y de sus principios en la ciudad de los rascacielos envuelta en inocencia y expectación. Su potencial creativo entonces parecía ser inagotable, y ella era muy consciente de todo lo que podía hacer con él.

Patti se dedicaba a la pintura y a la escritura, sobre todo a la poesía, motivada por sus adorados escritores franceses como Rimbaud o Baudelaire, aunque siempre tuvo especial debilidad por féminas de belleza superlativa como Marianne Faithfull o Edie Sedgwick, y músicos que le supusieron una revelación como Jim Morrison o Brian Jones. El guitarrista Lenny Kaye (semioculto en la sombra detrás de Patti en la fotografía de arriba) acabó por introducirla casi sin quererlo en el mundo de la música. Fue ella la que le buscó en 1971 tras leer un artículo que Kaye había escrito para la revista Jazz & Pop. Él trabajaba en una tienda de discos por entonces y Patti empezó a visitarle regularmente. Ese mismo año fue su acompañante en el que era su primer recital de poesía, tocando algunos acordes de guitarra por debajo de algunas piezas, y a partir de esa primera colaboración fueron modificando el programa, añadiendo alguna versión al repertorio hasta que Patti empezó a darse cuenta de que el rock, mezclado con su capacidad para escupir esas imágenes, podía resultar en una buena arma revolucionaria. Smith empezó a hacerse un nombre en el circuito artístico de la ciudad gracias a esos recitales, híbridos de su natural talento cómico (no en balde siempre ha dicho que nunca había fantaseado con ser una estrella del rock, sino con formar parte del reparto de El Show de Johnny Carson) y el carácter poderoso de su interpretación, donde desplegaba su habilidad para crear potentes imágenes llenas de aristas, oscilantes entre lo extraterrestre y lo mundano, entre el sexo sucio y la belleza intocable.


A escasos meses de la publicación de su histórico debut en disco largo, Horses, el 28 de mayo de 1975 Patti Smith realizó una actuación para el programa Free Music Show de la emisora WBAI en Nueva York, mítica a posteriori por ser la única grabación existente de lo que era el espectáculo de la banda por aquel entonces, que aún no contaba con el batería Jay Dee Daugherty. Además de Lenny Kaye a la guitarra, el grupo ya lo integraban Richard Sohl al piano (con él habían grabado Patti y Lenny su primer single, Hey Joe (Version) / Piss Factory, publicado en 1974) y Ivan Kral alternándose al bajo y a la guitarra. Este formato hace de su propuesta algo incluso más especial y raro en la época, con un mayor componente jazzy, puro y vanguardista pero también retozón (no puedo evitar pensar que ciertos fraseos de piano me hacen pensar en la banda sonora de los capítulos animados de Peanuts, mi primer referente de jazz).

Tras una breve presentación del locutor, el concierto arranca con una versión de un recóndito tema de Lou Reed, 'We're Gonna Have a Real Good Time Together', con el que solían abrir todas las actuaciones que dieron ese año, una canción festiva -con alusión a las drogas incluida- que tiene un aire ligero perfecto para introducir el resto de la velada. Y es que Patti Smith sabía hacer que todo pareciera muy fácil, que lo accesible se derramara sobre lo intrincado y que nadie se diera cuenta. La grabación documenta esa capacidad suya citada antes para improvisar con las palabras y para añadirles diferentes grados de énfasis en la interpretación. Se recogen muestras de su vis cómica entre canción y canción (como cuando presenta 'Distant Fingers' diciendo que es "una canción sobre mi niñez marciana. (...) Tenía los pies de pato, cuando pasaba por la calle los niños me decían 'Cuac cuac'"), aunque grabando una sesión para una emisora que escuchaba desde pequeña Patti se muestra irremediablemente excitada y nerviosa cada vez que se dirige al público.

Las versiones aquí registradas de temas que aparecerían en Horses, como 'Break It Up', 'Birdland', 'Redondo Beach' o 'Gloria', estructuradas prácticamente igual que en el disco, dejan claro que sin batería la banda ya era perfectamente sólida y que los arreglos (los contrastes de calma y furia) ya venían dados por la guitarra y el piano. Sin embargo, el verdadero interés yace en el resto del repertorio, donde destaca una versión embrionaria y ágil de 'Space Monkey' (con gritos guturales de los chicos al final), pieza que no sería rescatada hasta Easter (1978); una apacible versión de 'The Hunter Gets Captured by the Game' de Smokey Robinson que Patti canta con alguna dificultad ("¡Vamos, garganta!", dice al micrófono entre verso y verso); la urgente e inédita 'Snowball' (una canción apasionada sin dejar de ser coqueta, composición original del grupo de la que nunca más se supo); o ese tramo final en el bis ("Es la primera vez que hacemos un bis", dice ilusionada), donde Patti narra la historia de Scherezade (ahí sí que se mete al público en el bolsillo como una comedianta con tablas) y la enlaza con una versión de 'Down the Isle of Love', canción popularizada en los años 50 por los Quin-Tones que se abre con los compases de la marcha nupcial. Los grupos de pop vocal de esa época, especialmente de chicas, eran también una gran referencia para ella.

En la entrevista que guiaba el documental de Arte que vi, realizada en 1996 cuando Patti Smith volvió a los escenarios, comentaba que por aquel entonces tenía un don para soltar las palabras sin esfuerzo sobre el escenario, para improvisar y crear imágenes. Habiendo publicado Horses, dice, aquello dejó de sucederle, y se dedicó a explorar otras formas de expresarse sobre el escenario, como mediante el feedback de la guitarra eléctrica que enriquecería el mundo sónico del siguiente disco, Radio Ethiopia (1976). Esta grabación de 1975 inmortaliza en crudo a esa Patti que hablaba sin esfuerzo, que no podía callar el torrente lírico interior.

Encontrable tras el click:

Comentarios