Escenarios: St. Vincent + Anna B Savage - Razzmatazz (Barcelona), 18 de octubre de 2024


Los flechazos con las canciones son tan irracionales como con las personas. El 'Broken Man' con el que anunció que publicaría un nuevo disco este año St. Vincent me obsesionó en 3 minutos todo lo que no pudo su último trabajo hasta entonces, Daddy's Home (2021). No es que Annie Clark hubiese perdido el funk en ese disco más conceptual que inspiraron los sonidos orgánicos de la primera mitad de los '70, pero muchas de sus peculiaridades quedaron suavizadas. Con el primer avance del flamante All Born Screaming (2024) tuve una reacción visceral. Aquí recuperaba el pulso más temerario. Tirando del hilo, entendí que Annie ya había revelado las intenciones plásticas de esta nueva era en la versión del 'Piggy' de Nine Inch Nails que publicó cuando Daddy's Home llevaba pocos meses en la calle. En 'Broken Man', el veneno de sus labios se derrama en tus oídos para llevarte al descoyuntamiento; como si partiendo del funk que Eurythmics exploraban desde perspectivas mecanizadas en Touch (particularmente el rollo misterioso y el empleo de las segundas voces en canciones como 'Regrets') acabase saltando dentro de una hoguera de San Juan en la que arden A Certain Ratio, LCD Soundsystem y los propios Nine Inch Nails. Todo esto para decir que All Born Screaming me ha atrapado rápidamente sin que pudiera poner resistencias y que mi expectación de cara a verla en concierto esta vez era importante. Al entrar el viernes en la sala Razzmatazz sonaba 'This Must Be the Place (Naive Melody)' de Talking Heads, faltaba una hora para que empezase la artista invitada y todavía no sabía que estaríamos escuchando esa playlist más tiempo del que nos imaginábamos. 

Tras un primer retraso formal para el que ya veníamos mentalizados -enviaron un email comunicando que el concierto empezaría media hora más tarde de lo que se anunció- y otro diseñado para aumentar la anticipación de un público ansioso -casi media hora más tardó en salir Annie Clark al escenario-, St. Vincent dio su primer concierto en una sala de Barcelona en la friolera de 10 años, habiendo pasado exclusivamente por festivales para presentar sus trabajos más recientes. Jason Falkner (guitarra), Rachel Eckroth (teclado, voz) Mark Guiliana (batería) y Charlotte Kemp Muhl (bajo, voz), banda que más tarde la jefa presentaría como un conjunto de amigos artistas con quienes es un privilegio tocar, ocuparon sus posiciones alrededor de Annie en el escenario bañados en sombras de luz blanca, y empezaron las notas de piano de un 'Reckless' doliente cuyo azote eléctrico final hace del luto una verdadera catarsis. En el pasado Clark ha flirteado con el pop de masas y la idea de transgredir en ese universo de diferentes maneras, desde componiendo entre bambalinas para terceros a abordar la era de Masseduction (2017) como un trabajo de investigación del que ella misma era sujeto para comprobar cuán lejos podía llegar pensando en grande. Annie se deja llevar con un ímpetu teatral sea cual sea el espacio donde actúa, pero en las distancias cortas como las de Razzmatazz se nota cómo se alimenta del jaleo de su audiencia para entregarse a un espectáculo de 90 minutos donde lo sublime, lo grotesco, lo cómico, lo sexual, lo trascendental, lo bizarro y lo virtuoso son indivisibles. Hay momentos en los que verla es como ver a una Betty Boop apretando el botón de un taladro (las guitarras eléctricas en sus manos tienen un punto maquinal) a la que han dado demasiada cuerda y que funciona a velocidades erráticas, imprevisibles, haciendo de esa sensación descontrolada algo hermoso y cargado de humor autoparódico que te choca tanto como te engatusa.


Siempre dispuesta a acabar la noche con las medias llenas de carreras, Annie no tiene miedos ni vergüenza para recrearse en sus filias favoritas de los tópicos del rock en el plano físico, desde tics que en otra artista nos parecerían de mal gusto como juntar su cabeza con la de Jason Falkner en un duelo de guitarras hasta dar espacio a Mark Guiliana para tocar un largo solo de batería o acercarse al público por un lateral del escenario y hacer el amago de trepar por un balcón del primer piso como hizo hace unas semanas en Philadelphia (esta vez no lo vio claro). Afortunadamente -somos varios los que cruzábamos los dedos para que no ocurriese- la próxima publicación de All Born Screaming regrabado en castellano no se tradujo en la interpretación de ninguna de las piezas en nuestro idioma, solo algún verso suelto como anécdota. Musicalmente, para mí, cuanto más funky la vértebra de las canciones, más incisiva ella y mejor cuadrado el personaje (de estas tiene unas cuantas: ‘Big Time Nothing’, ‘Pay Your Way in Pain’, ‘Digital Witness’, una ‘Broken Man’ explosiva) pero hubo un buen muestreo de repertorio que abarcó desde su faceta más sensible a la más compleja y contundente, en un setlist bastante cerrado que están rodando por Europa con la precisión de una obra de teatro (siempre igual pero siempre diferente), y en el que sigue teniendo cabida el funk-pop desfigurado de 'Marrow' y otros singles infalibles -'Birth in Reverse', la descarga de desencanto de 'Cheerleader', la romántica 'New York', 'Los Ageless'- a la vez que brillan momentos como 'Candy Darling' (convertida en una balada desnuda, con Jason y Charlotte compartiendo micro de manera casi informal para los coros). La recta final la enfiló con ese ‘Sugarboy’ de influencia Giorgio Moroder seguida de un 'All Born Screaming' que quizás no emociona en su primera parte (ese positivismo de ritmo tórrido) pero que suena trascendental (y a lógico final) cuando se convierte en un cántico repetido que se apaga poco a poco. Se despidió con el tercer recuerdo a Daddy's Home de la noche, ‘Somebody like Me’, único bis de tono intimista tras el que se la vio emocionada dejándonos con estas palabras: “Cuidad los unos de los otros, somos todo lo que tenemos”

Antes que St. Vincent, Anna B Savage convenció también a gran parte del público con una voz singular y engolada, de reminiscencias inequívocamente añejas en sus inflexiones, que al principio acompañó solo con una guitarra acústica (empezando con 'Corncrakes' acertó, templándola poco a poco) pero que pronto añadió ritmos cercanos al hip hop y al R&B ('Feet of Clay'), dando color a unas canciones que claramente van más allá del folk tradicional desde su concepción. Para su última canción, 'in|Flux', ya se descolgó la guitarra, subió el volumen a las programaciones electrónicas y se desgañitó en un baile que se intuía purificador.


Setlist de St. Vincent:
Reckless / Fear the Future / Los Ageless / Big Time Nothing / Marrow / Violent Times / Dilettante / Pay Your Way in Pain / Digital Witness / Sweetest Fruit / Flea / Cheerleader / Broken Man / Birth in Reverse / Hell Is Near / Candy Darling / New York / Sugarboy / All Born Screaming // Somebody like Me

Setlist de Anna B Savage:
Corncrakes / (inédita) / Crown Shyness / The Ghost / Feet of Clay / Pavlov’s Dog / in|FLUX

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