El despiece: Mus
Mus por Ramón Lluís Bande, 2002 Me ahogo. Ocurre alguna que otra tarde de domingo, pero hoy además es 26 de diciembre y llevo dos días en el pueblo donde crecí y me torcí. Me ahogo y me mareo aturdido por un dolor de cabeza persistente, porque las paredes, los muebles y los sujetos que buscamos un rincón en el decorado de la vida de mi madre existimos en una niebla de nicotina más espesa que la que este año he visto por la ventana. La temperatura cálida en la calle, excepcional, no puede salvar otra visita de fin de semana de silencios y afectos extraviados donde "Navidad" como eslogan solo es un agravante. Empieza a anochecer y vienen a recogerme en un par de horas para marcharme, así que salgo a dar el último paseo del año por unas tierras que no lucen como cuando las miraba con los ojos de un chaval estigmatizado. Ahora, allá donde miro tengo que proyectar los colores de la época en que caminaba por la calle cabizbajo porque nadie me quería; así me ahorro la imagen de un p...