Escenarios: Kristin Hersh - La [2] (Barcelona), 19 de marzo de 2007
De repente, después de más de dos meses de espera, vas a tener en frente de ti a alguien que te ha marcado e influido durante los últimos diez años. Kristin Hersh, casi un cuarto de siglo en activo en el mundo de la música, discos con Throwing Muses, 50FootWave y en solitario, cientos de canciones y miles de palabras de las que se pegan en el sistema nervioso y las cuales cuesta arrancar, cual bala perdida en un amasijo de tendones, dirigida al corazón. Kristin Hersh es, lo reconozco, una inspiración constante. No solo la originalidad y complejidad de su manera de componer me han atraído continuamente durante tanto tiempo, sino que he aprendido de ella a través de sus historias, escritas en los medios o explicadas mientras afina una guitarra en sus conciertos, marcadas por un perspicaz sentido de la autoparodia, la ironía y la humildad. Nunca he sido un seguidor incondicional de nadie en el sentido de considerarlo un dios y defender lo que dice o cualquier movimiento que haga, y no es por aquí por donde voy escribiendo sobre ella. Tiene más que ver con percibir la honestidad en alguien, algo que puede tocarte aún más que el propio arte.
Así que ayer nos plantamos en La [2] de Apolo con muchas ganas. Tener a Kristin en frente impresiona por el gesto; como ella misma describió, se concentra en un punto fijo y mueve levemente la cabeza, como una cobra que sale del cesto de un domador. Esta es una gira con banda, la primera con tantos músicos desde 1999, donde la acompañan Bernard Georges (bajo), Rob Ahlers (batería) y Martin y Kimberlee McCarrick al violoncelo y al violín, respectivamente, para reproducir los arreglos del reciente Learn to Sing Like a Star. Por suerte, el sonido fue limpio y brillante, y nos llevó al borde de la emoción más intensa -por mí diré que casi a las lágrimas- en numerosas ocasiones, entre ellas las nuevas versiones de 'The Letter' y 'Hook In Her Head'. Un ir y venir de emociones fuertes, contrastado por los comentarios campechanos de Kristin (al pedirle fervorosamente el primer bis y volver al escenario, dijo "¿Estáis seguros? Es LUNES. Yo no tengo un trabajo, pero vosotros…"; luego, cuando un fan le pidió una púa, le avisó de que "está llena de babas, quizás no la quieras", pero se la acabó dando), que son lo que la sitúa en un lugar privilegiado en mi consciente y en mi inconsciente: ya sea construyendo puzzles apetitosos en las letras o lanzando improvisados monólogos sobre su vida, es una sensación de conexión inexplicable.
Fotografía de Natalia Moreno
(me olvidé la cámara en casa con los nervios).
Comentarios