Escenarios: Luna + Gold Lake - La [2] de Apolo (Barcelona), 27 de octubre de 2023

Justo a la mitad del concierto de ayer, Dean Wareham (voz, guitarra) preguntó a la audiencia si alguien sabía qué día era. Dejó unos segundos para que nos lo pensásemos pero no se escuchó ninguna respuesta en voz alta, al menos desde donde yo estaba. "Es 27 de octubre; hoy hace diez años que murió Lou Reed", acabó resolviendo mientras se revolvía el pelo. Añadió que "yo no estaría donde estoy si no fuese por él", reconociéndole como su mayor maestro, algo que nunca ha ocultado y que tampoco se le escaparía a nadie. Antes de llegar a Barcelona, Luna habían pasado por el valenciano Perfect Days, un festival que en los últimos días ha conmemorado justamente el décimo aniversario del fallecimiento de Reed y los 30 años que han pasado desde que reunió a The Velvet Underground para una gira -la última antes de disolverse para siempre- en la que Luna fueron sus teloneros. En La Rambleta de Valencia dedicaron medio setlist al cancionero del autor de Transformer y en La [2] de Apolo pudimos escuchar una selección de tres piezas (una lectura ágil y especialmente memorable de 'New Sensations', de lo mejor de la producción de Lou Reed en los '80; y las emblemáticas 'Satellite of Love' y 'Femme Fatale', esta cantada por la bajista Britta Philips como primer bis), pero Luna no necesitan interpretar las canciones del mentor para honrar a su memoria: los ecos de cada una de sus enseñanzas están bien imprimidos en su música, y esa ha sido siempre la mejor reverencia.

Cuando bajaba por el Paral·lel camino de la sala Apolo, una luna llena, fría y limpia de nubes coronaba el cielo barcelonés como si fuera un buen augurio. Quizás esa apropiada estampa lunar conjugada con la evocación de Lou Reed fuesen factores esotéricos que acabaron de sembrar una noche inspiradísima para Luna sobre las tablas. El cuarteto (añadamos al guitarrista Sean Eden y al batería Lee Wall) dio una lección de profesionalidad bien entendida -la que tiene como base un absoluto amor por el oficio-, demostrando que una banda con más de tres décadas de trayectoria puede tener un directo tan sólido como el que tenía en sus años más laureados y, sobre todo, que puede estar tan presente en lo que hace. En una era donde llevamos 20 años de reuniones de bandas como la suya -con un estatus de legendaria aunque sea en un círculo minoritario- motivadas exclusivamente por el caché que están dispuestos a pagar los festivales o por la nostalgia, Luna se presentan humildes, sin cinismo, sin postureo y sin autopiloto, y eso que también lo hacen sin disco nuevo (el último, A Sentimental Education, fue de versiones y ya data de 2017; y Rendezvous, el más reciente con temas propios, de 2004). Estoy seguro de que si pueden permitirse una gira en seis ciudades distintas de España es porque en cada parada cuentan con un público cómplice y emocionado como el de ayer en Barcelona, una emoción que fue recíproca encima del escenario. 

Así que lo único que tuvo de nostálgica la velada fue que iban sonando canciones que conocemos desde hace muchos años (eso no podemos cambiarlo), pero defendidas con un vigor propio de haberlas alumbrado ayer; y es más que eso, porque el extra de brillo en los ojos y de amplitud en la sonrisa que exhibían Dean y Britta escuchando el volumen de los aplausos después de cada tema solo lo da la historia; la conmovedora sensación de ser significativo. El repertorio en estos días de gira española ha ido variando lo suficiente como para que aquí nos quedásemos sin delicias emblemáticas como 'Moon Palace' o 'Sideshow by the Seashore', pero Barcelona fue la primera ciudad donde sonó 'Slide', canción que abrió el concierto como abrió su primer álbum en 1992. Se nota que Penthouse (1995) sigue siendo el trabajo del que están más orgullosos en retrospectiva, pues fue del que más picotearon a lo largo del setlist: 'Chinatown' y 'Double Feature' en la primera parte, y juntas en la recta final la tierna 'Lost in Space' (una petición, según dijo Dean; gracias a quien la hiciese) y la ineludible '23 Minutes in Brussels', una favorita de sus seguidores que también es de las que más deben a los The Velvet Underground de los primeros discos. Fue un colofón psicodélico ejemplar, solo superado cuando en el último bis también quisieron rendir tributo a Tom Verlaine -fallecido el pasado enero- interpretando una sólida versión de 'Marquee Moon' de Television. Entre medias, rescates de piezas consensuadas como lo mejor de su repertorio ('Superfreaky Memories', 'Friendly Advice') y agradecidas lecturas de canciones menos obvias que brillaron como para revisitarlas y revalorarlas luego en casa ('Tracy I Love You' y 'Still at Home', esta en voz de Sean Eden, me parecieron particularmente sublimes). La manera de tocar el bajo de Britta Philips, a quien pude ver muy de cerca, me pareció tan prodigiosa que solo puedo asumir que si no lo decimos en todas las reseñas la estamos infravalorando. Britta rellena cada acorde de raíz con notas preciosas, incansable, y aun con todo ese adorno nunca flojea como cimiento sobre el que se sostiene la combinación de mordiscos de guitarra rítmica y punteos derramados en cascada que Dean y Sean se alternan en sus manos.

Abrieron la noche Gold Lake, un dúo español que sin embargo ha desarrollado su carrera desde Brooklyn y que debutaba ayer en Barcelona. Con el añadido de un batería pero conservando un enfoque minimalista, sus canciones tienen un punto de anhelo que la cantante Lúa Ríos lleva más allá del universo underground al que apunta la guitarra de Carlos del Amo; como si Anna Calvi cantase canciones de pop apasionado como las que compone Robyn. 

Setlist de Luna:

Slide / 4000 Days / Chinatown / Superfreaky Memories / Double Feature / Great Jones Street / Malibu Love Nest / New Sensations / Satellite of Love / Still at Home / Tracy I Love You / Friendly Advice / Lost in Space / 23 Minutes in Brussels // Femme Fatale / Marquee Moon


Comentarios