Escenarios: Les Sueques - Mercat del Born (Barcelona), 10 de mayo de 2025


En la foto de aquí encima, las futuras mujeres de sus respectivas generaciones miran embobadas a Les Sueques, que en una de las publicaciones que han hecho esta semana en redes para advertir del concierto de ayer dijeron: "Después de cinco años, una pandemia, tres hijos... y no sé cuántas cosas más, volvemos a tocar". Laurie Anderson no era la única sorpresa gorda que se reservaba el festival Barcelona Poesia en su programación musical; para quienes seguimos de cerca a la formación barcelonesa tiempo atrás, ver anunciado su nombre trajo consigo un sobresalto que a la vez te llevaba a preguntarte cuándo habías dejado de pensar dónde estarían. La banda nunca anunció formalmente que se separase, pero en un momento dado de 2020 sellaron en negro su presencia en internet y nunca vimos fundirse ese bloque plano a otros colores. Hasta ayer. Por la amenaza de lluvia, el concierto fue trasladado en el último momento desde el claustro del Convent de San Agustí a una de las salas del Mercat del Born, y eso brindó a la velada la ilusión de que el tiempo no había pasado; que se retomaban las cosas allí donde quedaron en diciembre de 2019 (su última vez en la ciudad) y que Les Sueques volvían a actuar en un club como solían hacerlo. Pero la realidad es que el tiempo ha pasado y la sala estaba llena de familia, amigos, descendencia, alumnas de alguna de las componentes y un fandom ruidoso, todos expectantes y especialmente emocionados por volver a escuchar toda esa música en directo cuando creíamos que ya no volvería a ocurrir. Tocar para las criaturas que se fueron agrupando en el lateral derecho de la sala delante de todos nosotros era una de las cosas que más ilusión hacía al grupo.

Blanca Lamar (voz, bajo), Tuixén Benet (guitarra, voz), Raquel Tomàs (teclado) y Pau Albà (batería) se subieron al escenario luciendo sonrisas cómplices y arrancando con el garage tenebroso de 'Monstre'. Para ser fruto de una reunión sorpresa, el concierto que Les Sueques le regalaron al Barcelona Poesia -en principio especial y único- estuvo a la altura del amor, el recibimiento y el entusiasmo con el que las audiencias honran a los superventas catalanes que escenifican dramáticamente descansos definitivos y vuelven al cabo de quince años. En la oscuridad de la sala del Mercat del Born podíamos bailar lo suficientemente cómodos, pero la sensación calurosa iba más allá de que hubiese o no aire acondicionado; para todo lo que se estaba cociendo allí, se había quedado pequeña. El repertorio avanzaba, subía la energía y sabía mal pensar en que no sabemos cuándo volverán a actuar, pero solo teníamos una hora para disfrutarlas y no había lugar para lamentaciones, solo para aprovechar y recargar pilas, absorbiendo todo lo que te dan estas canciones donde lo personal es político y a la inversa, en un contexto socioeconómico donde quizás haría mucha falta que volviesen para decirnos cómo ven las cosas que pasan hoy. Pero lo cierto es que su catálogo está vigente como nunca porque no estamos nada mejor: el desaliento como enemigo fantasma (la mencionada 'Monstre'); la apatía para reaccionar ante las injusticias flagrantes ("No hi ha revolta callada / ansia per comprar més cases / ansia per ser la més maca", 'Què Ens Passa?'); lo superficial que puede ser socializar ("Era un pessebre vivent / banyera de molta gent / aquell lloc ja no era gran / i jo m'hi avorria tant", en el delicioso estribillo de 'I Apologize'); la determinación a cortar por lo sano con lo inadecuado ('Ara És Aquí'); o el acomodamiento más conservador ("L'una és castradora, l'altre és molt discret / us mireu d'esquena, sou com germanets / Vida color beix", 'Beix') son algunos de los apuntes que lanzan sobre nuestras modernas vidas a lo largo de un repaso bien equilibrado a todo su catálogo; unas letras sucintas que bien justifican su presencia en un festival que gira alrededor de la poesía. A ritmo de garage sesentero, con la mala leche del post-punk anguloso y un sentido del humor afilado que es la única garantía de éxito para salir reforzada de cualquier situación, fue muy refrescante verlas disfrutar y conmovidas mientras devolvían al presente toda la música que crearon y que tanta falta nos hace escuchar todavía. 

Hacia la segunda mitad sonaron algunas de las canciones que más se recuerdan incluso fuera del fandom. 'Terrorista' sigue reteniendo todo el poder de un manifesto; cuando la publicaron, a pocos meses de que el grupo armado ETA anunciase el alto al fuego, nos explicaron quiénes quedábamos ahora como terroristas: cada uno de los cerdos que se enriquecen con el capitalismo y cada uno de los que consumimos sin pensar, sin analizar, alimentando la perversión de una carrera de ratas de distinto estatus. Volver a gritar "Green Coast és El Corte Inglés / Bershka és Inditex" mientras la pieza arde sobre una única nota fue liberador, y por eso digo que necesitamos que alguien como ellas vuelva para enfadarnos. Después de dedicar la emblemática 'Faldilles i Soroll' a las mujeres que vinieron, a las que están y a las niñas que vendrán, y de tocar su adaptación libre de 'Lo Echamos a Suertes' de Ella Baila Sola en honor a la comisaria del festival Maria Callís (rebautizada como 'Cor Pelut' en honor al fanzine que autoeditaba la misma), la velvetiana 'Mirall' fue la única concesión al reposo, elegida para rematar el concierto con una caricia de despedida del todo tierna. Si Blanca y Tuixén me cantan "Els dies caminen, lents / fa pols a les cases / grinyolen les portes / però al final no estarem sols / jo seré el teu mirall" yo quiero creérmelo. Hasta siempre, ojalá hasta pronto.


Setlist:
Monstre / Què Ens Passa? / Tu Parles Molt / Bromes / Cara de Cotxe / I Apologize / Dones Antigues / Tu Em Caus Molt Bé / Ara És Aquí / Neu / No Ho Saps / Ramon / Terrorista / Merda / Res / Faldilles i Soroll / Beix / Cor Pelut / Mirall


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