Escenarios: Joanna Newsom - Palau de la Música (Barcelona), 20 de enero de 2011

El nadador, el acróbata, el escalador

El día siguiente al recital de Joanna Newsom, escuchándola en casa, me preguntaba qué pasaría por su cabeza encima del escenario cuando va a lanzarse a dar inicio a una de esas piezas que se desarrollan durante ocho, diez minutos. Llenará los pulmones de aire como el nadador, el acróbata o el escalador antes de acometer su hazaña. Sobre todo como el escalador. Lo mismo ante la satisfacción que debe sentir cuando se desvanece la vibración del último toque a las cuerdas del arpa y puede respirar aliviada porque ha vuelto a hacerlo. Cada tema es el recorrido desde que tiene la cima en el punto de mira hasta que clava la bandera en ella y puede volver a bajar, siempre cuidadosamente, para volver a pie de montaña con naturalidad; una vez tras otra. Acompañada por una banda de cinco músicos incluyendo a Ryan Francesconi y Neal Morgan (arreglistas de su último trabajo, en su banda desde 2006), Joanna se repartió entre el arpa y el piano y vertebró un repertorio que tuvo escasas concesiones al pasado, un movimiento que objetivamente fue positivo para convencer de lo terrenal e íntimo de Have One On Me. Cuando sonó 'Emily' (majestuosa) hacia el final del set, se definió muy bien la diferencia entre las nuevas composiciones y las de Ys: aquellas eran extensas y utilizaban el código de los cuentos; las más recientes aún son extensas a veces (pienso en el desarrollo embelesador de 'Go Long' o de la pieza titular), pero hablan en un lenguaje reflexivo y directo desde la austeridad. El resto de la selección mostró la cara más ligera (siempre intensa) de su cancionero: algunos de sus temas más reconocibles de cuña reciente al piano (la sensibilidad ingrávida de 'Easy', el alborozo de 'Soft as Chalk') y la recuperación de 'Bridges and Ballons' (siempre eficaz como introducción) y una más insospechada 'Inflammatory Writ'. Con cada una de las interpretaciones esbozaba una sonrisa pura e infantil en mi rostro, especialmente al final con la celebradora 'Good Intentions Paving Co.', que precedió a dos preciosos bises, la nana 'Baby Birch' (mecida con roces de guitarra eléctrica) y la breve y optimista 'On a Good Day'. Una demostración de que lo impecable técnicamente no equivale siempre a frialdad expositiva. Ovaciones largas; qué otra cosa podíamos hacer ante tanta magia y conmoción.


setlist:
bridges and balloons / have one on me / easy / go long / inflammatory writ / autumn / soft as chalk / emily / good intentions paving co. // baby birch / on a good day


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