Imperdible: The Magnetic Fields – “Get Lost” (1995)


Bajaba hace un par de días en bicicleta, por Gran Vía, hacia el centro. No hacía demasiado frío para lo que puede ser en esta temporada. No había cogido esa ruta concreta en todas las fiestas y tuve que esquivar las churrerías y las casetas de artesanos y comerciantes, que me pillaron por sorpresa ubicadas encima del carril bici, mezclándome prácticamente a pie con un tránsito tan triste como irritante. Mientras todo esto ocurría, estaba escuchando a Stephin Merritt canturreando alguna de las canciones de Get Lost (1995), y en algún momento desaparecí del atasco y pensé: “Para un conocedor de causa, decirle ‘Will you *Merritt* me?’ debe darle mucho más miedo que decirle el obvio *marry*”. Y esto, un chiste malísimo y travieso a costa del pobre Merritt, quizás sea tan absurdo como verdadero. Poco mérito tiene señalar con el dedo al espíritu de The Magnetic Fields por ser un eterno romántico (es algo evidente) y mucha menos gracia. Me hice con este álbum al releer una fantástica entrevista de 1997 en la que el autor del artículo decía que era “uno de los discos más necesarios de este lustro”; y yo pensé “Eso es lo que he oído toda la vida sobre 69 Love Songs (1999), nunca sobre un disco anterior”. La misma tarde fui a la tienda de discos y me sedujo la propia portada: el blanco y negro de una imagen que contiene la elegancia de un fotograma de los años 50 y la frivolidad de una foto publicitaria de los 80. Las miradas esquivando el objetivo de la cámara bajo el título de “Piérdete", que es la mejor de las ocurrencias; ¿hará referencia al escapismo por la vía de la ensoñación al que recurre en el disco? ¿Sería la respuesta que le daría el abrumado destinatario de sus reflexiones?

Descubrir estas canciones cuando uno está aprendiendo a relativizarlo todo y a ser una persona más práctica y pragmática puede crear una pequeña disfunción neurológica, pero restringida. El idealismo amoroso de Stephin Merritt es de una belleza tan simple y atinada que puedes bajar la guardia y preguntarte "¿Cuánto estoy censurando de mí mismo entre tanto raciocinio?" y lamentar no vivir con esa intensidad, pero lo bueno de las viñetas que conforman Get Lost (la ausencia, la soledad, el cortejo, el amor sea lo que sea) es que son llevadas a unos extremos apasionados que solo puedes reconocer en fragmentos muy determinados (mágicos o devastadores) de las relaciones sentimentales, sumido en el estado mental que tienes cuando te estás alimentando de una ilusión caduca o, si más no, cambiante. En sus canciones Merritt hace de esos momentos algo inagotable, precisamente a sabiendas de que no lo son, y con ello toca la fibra sensible de todos nosotros, atrapándonos en reminiscencias de vivencias añejas y en deseos paradisíacos futuros. Un hálito estival recorre todo el disco, vigilado por esa luna tan recurrente en sus textos y claro símbolo de esa querencia por lo idílico; una luna que imagino con las marcas y el color de un pergamino arrugado, con ese encanto poroso, quizás motivado por la aspereza de una música llena de arreglos de juguete: sintetizadores minimalistas, cajas de ritmos que tanto pueden remitir a la repetición de Young Marble Giants como sonar igual que lo haría un cuarteto de muñecos de cuerda que echan a andar juntos, guitarras esqueléticas o tímidamente distorsionadas. Todo ello enriquece los paisajes que cambian cual decorado teatral mientras damos vueltas en un carrusel en el que montamos solos, pero en el que siempre estamos acompañados.

‘You and Me and the Moon’ y ‘Save a Secret to the Moon’ se contagian de un optimismo natural y melódicamente cercano al género infantil; en la primera es por la euforia del amor a primera vista, en la segunda son conmovedoras imágenes que le quitan hierro a los enamoramientos secretos (“En una habitación oscura / escríbelo en un globo negro / y mira cómo se aleja / guarda un secreto para la luna”). ‘Don’t Look Away’, con el distante clavicordio, registra la gravedad de una composición arrebatada a un cantante melódico de los 70 y el mismo tono melodramático, igual que la progresión de acordes de ‘The Desperate Things You Make Me Do’ parece su versión de lo que sería una canción disco de reproche. El tono grave llevado al límite y a veces inexpresivo de Merritt resulta ideal para insuflar un aire de tragicomedia que no es otra cosa que el reflejo de cómo nos enajenan en ocasiones los sentimientos: conscientes de lo absurdo y de la desproporción de lo que nos pasa por la cabeza, pero aún así llorones y cómodos en la autocompasión (en el pop ensuciado de ‘All the Umbrellas in London’ queda claro: “Camino en círculos porque no tengo sentido de la orientación / (…) Todos los paraguas de Londres no podrían parar esta lluvia / Toda la droga de Nueva York no podría matar este dolor”).

Los corazones laten con agradecida ligereza y júbilo veraniego en la preciosa ‘Love Is Lighter Than Air’ (de la que hablé hace muy poco) y en ‘The Village in the Morning’ (el ansia por no dejar que alguien se marche: lo idílico golpea otra vez con fuerza), pero Stephin gana cuando se zambulle en la introspección más solitaria. ‘Smoke and Mirrors’ acentúa la parte bailable y ‘Why I Cry’ es un cálido medio tiempo, pero ambas hablan de lo efímero de los sentimientos correspondidos. A solas con su guitarra, en ‘With Whom to Dance?’ es la entristecedora fijación por encontrar un compinche (“El resto de la vida palidece en relevancia / busco a alguien con quien bailar”) y en ‘When You’re Old and Lonely’ la fantasía de que, algún día, quien le ha robado el corazón se dé cuenta de cuánto le necesita, y la imagen romántica de que él no va a tener nada mejor que hacer que estar pendiente de ese momento. La evocación de sentimientos tan hermosos e intensos no tiene por qué ser nociva si se administra correctamente y recurres a ella como quien lee un cuento para pisar durante un rato un lugar por el que no se permite pasear habitualmente. En ese sentido, Get Lost es un cuento estupendo e insuperable.

Para escuchar en Spotify:

Comentarios

davins ha dicho que…
Ooohhhh!!! Es el meu disc favorit dels Magnectic Fields, conjuntament amb el primer de the 6ths. Ja em va dir l'Eulàlia que estas in love with Merritt, aixis m'agrada! Petonets! I si necessites algun disco o algu ja saps que aqui tens al fans nº1!
Estanis Solsona ha dicho que…
David! què guai veure't per aqui.

doncs si, és un disc encisador, que d'una manera molt tonta i a les meves esquenes s'ha anat instal·lant al meu cervell fins treure'm aquest text. quan escric sobre un disc aquí és perquè ja hi veig un fil molt consistent i hi he reconegut coses que ressonen en mi. amb aquest va passar molt ràpid tot això.

una abraçada!
davins ha dicho que…
"Y si te gustara lo que a mi, podría grabarte mi disco de los 6ths" Recordes aquesta cançó d'Astrud? Doncs aixo, ara has d'anar de cap a buscar el primer dels 6ths. Son cançons que va escriure l'Stephin per amics seus. I clar, els amics seus no son com els nostres, estem parlant de gent com Georgia de Yo La Tengo, Bob Mould (aquest home sempre diu que li agradaria formar una "superbanda gay" amb el Merritt, ho faran algun dia? :-) ), Den de Luna, Lou Barlow, Amelia Fletcher, Ana Domino o Mac McCaughan de Superchunk, ¡casi nada!. Res a veure amb Get Lost, aqui predomina "el pop chatarrero" :-)
César A ha dicho que…
''música llena de arreglos de juguete: sintetizadores minimalistas, cajas de ritmos que tanto pueden remitir a la repetición de Young Marble Giants como sonar igual que lo haría un cuarteto de muñecos de cuerda que echan a andar juntos, guitarras esqueléticas o tímidamente distorsionadas. Todo ello enriquece los paisajes que cambian cual decorado teatral mientras damos vueltas en un carrusel''

Diste en el blanco, es lo que tambien siento de sus trabajos de estudio, sobretodo de Holiday, elegante, tierno, nostalgico, inocente.