Tarde o temprano: Ainara LeGardon - "We Once Wished" (2011)

'Before Waking Up', espeluznante penúltimo tema en la secuencia de We Once Wished -cuarto álbum ya de Ainara LeGardon-, ha estado dando vueltas durante una década hasta que ha encontrado su lugar en este trabajo, donde puede enraizarse entre ceniza húmeda y cascotes de níquel y florecer cual freesia de acero en un paisaje necesariamente monocromático, rígido e inclemente. LeGardon lo dejó primero fuera de In the Mirror (2003), trabajo integrado por diez fotografías con un mismo destinatario. 'Before Waking Up' era una instantánea de otro carrete, tomada con otros parámetros lumínicos y de sensibilidad. La mención de su primera obra en solitario, el hilo de cobre con el que la uno al último, va más allá de esa anécdota de documentalista. Es como si la persona dolida y aún devastada por una relación sentimental que habla en ese disco de debut, con su visión nostálgica aunque siempre concisa de los hechos, tuviera voz de nuevo para narrar un estado posterior de madurez personal al respecto, que le permitiera mirar hacia atrás con una amargura y un dominio que no la dejara en una posición tan anhelante. Sin idealizaciones sentimentales, en We Once Wished todo te sacude en la cara. Flores entre metal quizás sea un eufemismo demasiado gentil y debería haber dicho que es, llanamente, un revolcón bronco.

Tajante es un buen adjetivo para describir el sonido inmediato de la colección de canciones más sucias, más rock, que ha publicado hasta hoy LeGardon. La distorsión, la persistencia del bajo (tocado en la mayoría de temas por ella misma) y la simplificación de los riffs de guitarra (ojo: sucesiones de acordes que no juegan tanto al despiste como otras veces, pero con la frescura que aportan los dedos colocados en sitios insospechados como siempre) le añaden a 'Hugs That Won't Last' o a la pieza que lo titula un subtexto sexual y abrasivo, firme ('You Gave Me') y agresivo sin concesiones (la sucinta 'Thirsty'). A penas un momento más delicado que remite al folk de otras entregas divide el disco ('Reason', aunque oculta un ansia encendida: "¿Te he dicho que tú eres la razón por la que no puedo hablar? / Hasta el día que no me pueda morder la lengua"), que se cierra como viene siendo costumbre con una pieza lo suficientemente inquietante y abierta.

Se ha dicho por ahí que es el disco que Ainara siempre había querido hacer. Dada la versatilidad mostrada hasta ahora, yo diría que es solo "uno" de los discos que habrá deseado alumbrar alguna vez (auguro muchas sorpresas futuras) y, además de eso, que es el que finalmente hace justicia (y magnifica) lo que han venido siendo sus conciertos los últimos años, donde el voltaje eléctrico y el nervio siempre han ganado enteros. En cualquier caso, la honestidad a la que siempre se hace referencia cuando se analiza su trabajo sigue intacta: de la misma manera que Forgive Me if I Don't Come Home to Sleep Tonight (2009) fue un disco tan incómodo y recogido como las vivencias que lo inspiraron (un complicado problema de salud entre ellas), We Once Wished es el perfecto reflejo de una autora que sigue hincando el diente a lo más íntimo pero con una renovada vitalidad y extroversión. La sangre hierve y la actuación es inmediata, sin filtros, sin excesiva reflexión; no esta vez.

Para escuchar en Spotify: Ainara LeGardon - We Once Wished
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