Tarde o temprano: Agent Ribbons - "Chateau Chrone" (2010)


En el libreto que acompaña a este disco en formato CD, Agent Ribbons ceden la docena de páginas a varios amigos para que inventen mediante esbozos y palabras lo que para ellos sería la morada perfecta a la que escapar del mundo real, un concepto que ellas llaman “Chateau Crone” y que titula su segundo trabajo. Tomándolo al pie de la letra, el Chateau Crone en el que se cobija el trío (actualmente dúo de nuevo tras la marcha de la violinista Naomi Cherie) tiene elementos del coqueteo con cintura de avispa de los años cincuenta, de la actitud dominante y sagaz del cabaret de postguerra y de la inventiva más angular del indie-rock, un conjuro que lejos de resultar un gimmick rebuscado, elaboran con naturalidad y despachan con convicción.

Los trazos mejorados son apreciables y se resumen sobre todo en el hallazgo de un sonido no tan enjugado como en sus anteriores referencias, la guitarra agresiva pero nunca estridente entre el colorido puntual del acordeón, el xilófono o ese violín que parece entrar en las canciones como un vendaval que abre por sorpresa una ventana hasta que alguien vuelve a entornarla. Eso y la versatilidad del repertorio que forman estas diez canciones y de su intérprete (Natalie Ribbons, también principal compositora), capaz de evocar mediante una comedida teatralidad vocal a alguien como Lene Lovich ('Wood, Lead, Rubber' o 'I’ll Let You Be My Baby', que caldearía los ánimos del Ejército Soviético) y con el apoyo del resto, a las Raincoats (la estructura de 'Your Hands My Hands' y el violín saltarín) o a la Kim Deal que ha sorbido un poco de cloroformo (mezclada con una chanteuse de las que sonaría en un gramófono en los años cuarenta en 'Oh La La!') y que rasga el acorde insospechado entre parones y arranques (ninguna otra podía abrir el disco como 'I’m Alright'). Reconforta en las baladas que le dan una sana salida satírica al fracaso sentimental ('I Was Born to Sing Sad Songs', 'Rubik’s Cube'), emboba en la fragilidad de 'Dada Girlfriend' y te mantiene en tensión en la perfidia más abstracta de 'Grey Gardens' y 'Wallpaper of Skin'. Probablemente uno de los discos que pasaron más injustamente desapercibidos el último trimestre del año que acabó. Publicado en España por Acuarela.

(Esta reseña debía aparecer en el número 13 de la desaparecida I Like Magazine)
 
Para escuchar en Spotify:
 

Comentarios