El despiece: The Heart Throbs
"Como hacemos pop animado, se nos ve como a una banda de bubblegum más. Pero lo que hacemos nosotros es más intenso y más desafecto. Los críticos quieren que las cosas sean simples, así que a un lado ponen a Sonic Youth, a Big Black, a esos grupos, y en el otro a los Primitives, a los Darling Buds. Espiritualmente e intelectualmente, nos sentimos más cercanos a bandas como los Pixies. O Dinosaur Jr. ¡Son magníficos!".
Rose Carlotti,
Melody Maker, 5 noviembre 1988
Son las palabras de una chica rubia al frente de un grupo primerizo, intentando explicar por qué su música no debería clasificarse por su género e, implícitamente, por un tono de pelo. Cuando menciona a Primitives o a Darling Buds no lo hace porque sí; los años 80 daban sus últimos coletazos y bandas de pop guitarrero como ésas -abanderadas por cantantes oxigenadas, de apariencia explosiva y fondo pretendidamente ingenuo- se habían establecido como una moda y un subgénero musical en sí mismo, y para un grupo donde daban la cara dos chicas huir de ese encasillamiento superficial se hacía harto difícil. Así que a lo largo de su carrera The Heart Throbs fueron serpenteando con gracia para ir mudando de piel.
Lo advierto: voy a mencionar nombres de muchas otras bandas y lo voy a hacer con el debido cuidado. Lo que busco no es desacreditar a The Heart Throbs, ni dar a entender que no hacían nada original; precisamente todo lo contrario: pisaron una tierra de nadie amalgamando varios ingredientes reconocibles en la fauna pop que les rodeaba y eso -su gracia y su maldición, supongo- es lo que pretendo ilustrar. La de los 80 fue sin duda la década en la que las artistas femeninas de referencia se multiplicaron, lo mismo que su impacto y relevancia. Rose Carlotti (voz, guitarra) no renovó el lenguaje musical para brindar algo inédito como estaba haciendo Kristin Hersh en Throwing Muses (habiéndole precedido antes The Raincoats o The Slits), pero tampoco es de justicia dejar a su banda en el mismo cajón de sastre que a las que hicieron gala de su poca sustancia como Transvision Vamp o Voice of the Beehive, con las que los semanarios musicales se empeñaban en relacionarles. En sus inicios guardan más bien parentesco con bandas británicas como The Flatmates o Shop Assistants y, cuando más adelante uno percibe cómo dulcificaron notablemente su sonido, podían encajar perfectamente con el pop etéreo entre borrascas de Lush o Pale Saints. Nunca sentí un impulso que me llevara a escuchar entero un solo disco de muchos de los grupos incluidos en el saco donde les metieron, pero durante el año que ha pasado desde que les descubrí, he vuelto de manera intermitente a la discografía de The Heart Throbs atraído por algo enigmático.
Aunque Carlotti y Stephen Ward (guitarra, teclado) se cocieron en la universidad de Birmingham, la idea de The Heart Throbs se desarrolló en Reading en 1986, cuando incorporaron a la formación a Rachel de Freitas (bajo, voz; hermana de Rose) y a Mark Side (batería). Al año siguiente publicaron un primer single en el pequeño sello In-Tape, Toy, el primero de cinco vinilos en siete pulgadas que exponen sus coordenadas en esa primera época. Los dos siguientes (Bang y Too Many Shadows, ambos de 1988) los publicó Rough Trade y llegaron a entrar en el top 20 británico de música indie, pero contra todo pronóstico, la influyente discográfica no se llevó el gato al agua debido a varios desacuerdos y la banda se autopublicó los dos últimos singles antes de su primer álbum (Here I Hide, 1988; y Blood From a Stone, 1989). Guitarras crujientes y ritmos bailables que les acercaban al cliché del sonido C-86 ('Too Many Shadows', 'Toy'), temas que hacían muy obvia la comparación con Primitives ('Bang', 'I, the Jury'), primeros ejemplos de los medios tiempos que se convertirían en una de las asignaturas aprobadas con mejor nota de Carlotti ('Cry Hard, Cry Fast', 'Pale Fire') y un atractivo reverso de carácter más malévolo que hacía más interesante el conjunto ('I See Danger' o 'Smothered'; una suerte de ye-yé lúgubre del que habrán tomado buena nota bandas de nuestro tiempo como Veronica Falls). Escuchadas de un tirón, son una quincena de canciones que forman una colección sólida y entretenida. Quince canciones que les abrieron las puertas del sello londinense One Little Indian, en aquel momento en expansión y en boca de todos por albergar a los Sugarcubes de Björk. Alrededor de ese tiempo, en junio de 1989, muere en un accidente de tráfico con solo 27 años Pete de Freitas, hermano de Rose y Rachel y batería de Echo & the Bunnymen, a quien dedicarían su álbum de debut.
Las caras A de sus últimos singles, 'Here I Hide' -de marcada influencia 60's y con una pegadiza línea de teclado- y 'Blood From a Stone -más encrespada, con las guitarras acústicas al frente como la anterior-, aparecieron remezcladas en ese primer disco que se publicó en agosto de 1990, producido por Gil Norton y provocativamente titulado Cleopatra Grip (según el diccionario urbano, así se llama a la contracción de la vagina antes del orgasmo). Para cuando lo grabaron se había integrado en la formación Alan Borgia (guitarra), permitiendo que Ward se dedicase por completo a los teclados, instrumento que a raíz de eso ganó muchísimo protagonismo. Eso, junto a un excesivo procesamiento del sonido de la batería, hace que algunas canciones se ablanden o resulten algo artificiosas en comparación a su trabajo anterior (sorprende que Norton no lo barnizase con la astillada capa de cromo que se reconoce en sus producciones), pero perfilan sus diferentes facetas con pericia y (dicho sea con cariño) con desigual fortuna. No funciona igual de bien la tensión psicodélica de 'Tossed Away' que el acercamiento a la música de baile mancuniana de 'She's in a Trance'; la infusión con leche y miel que es 'Kiss Me When I'm Starving' y el intimísimo encendido de 'In Vain' que el predecible estribillo de 'I Wonder Why'; la irresistible seducción nocturna de 'Dreamtime' (¿así hubiera querido sonar la Siouxsie Sioux de Superstition?) y la inmediatez redonda de 'Slip and Slide' que los ingenuos guitarreos de 'Big Commotion'; aunque el repertorio es tan ecléctico en atmósferas que quizás no se trate de ganadoras o perdedoras, sino de favoritas según bagaje personal.
'Dreamtime' se publicó como single y fue la canción que mayores alegrías les trajo de toda su trayectoria, alcanzando el número 2 de la lista americana de rock moderno cuando el disco fue publicado allí por la compañía Elektra. En Gran Bretaña el álbum llegó al número 1. Las tensiones entre los miembros de la banda (las dos hermanas entablando relaciones amorosas con respectivos músicos del grupo) se hicieron insostenibles cuando finalizó la gira de presentación del disco y tanto Rachel como Mark Side abandonaron The Heart Throbs. El EP Total Abandon (septiembre de 1991), cuya pieza central -de la que tomaba el título- era una versión de 'Pumping (My Heart)' del Patti Smith Group que no les sentaba nada bien, sirvió para probar a la nueva sección rítmica en el estudio (Noko al bajo y Steve Monti a la batería) antes de grabar la continuación de Cleopatra Grip.
Su segundo asalto en formato largo se publicó en junio de 1992. El título, Jubilee Twist, volvía a poner de manifiesto sus inquietudes feministas (esta vez aludía a una llave marcial utilizada para atacar al varón en los genitales) y sus surcos despedían sonidos todavía más atmosféricos y suaves (salvo las más rítmicas y ruidosas 'Bright Green Day' y 'Outside'), quedando patente la progresiva refinación de su sonido. El positivismo se percibe a ratos; en otros momentos pesa una sensación enfermizamente melancólica. El violín arropa 'Winter Came Too Soon'. El onirismo borroso engulle medios tiempos dolientes como la rompecorazones 'Too Late' o 'Gone'. Vuelven a caer en la previsibilidad melódica y cansina en el estribillo de 'So Far', pero lo arreglan con giros estructurales que pulverizan con misterio a temas trotones y exuberantes como 'Tiny Feet', 'The Girl Became the Stairs', 'Tuna' o 'Hooligan', sin duda los pilares de un repertorio autoproducido que vuelve a caer en la irregularidad. Las ventas fueron escasas, y por algún motivo, el apoyo que recibieron en prensa también decreció. A&M lo distribuyó esta vez en América, pero no lo haría la próxima ocasión.
De manera muy injusta, su despedida fue silenciosa y deslucida. One Little Indian publicó su último disco el verano de 1993, Vertical Smile, para el que la banda volvió a variar su formación: Colleen Browne entró a ocupar el lugar del bajo y Steve Beswick el de batería. Las composiciones de Carlotti son igualmente reconocibles, pero quizás alentada o confundida por los sonidos endurecidos venidos de los Estados Unidos (la colonización grunge) quiso empujar a The Heart Throbs hacia una dirección que no era la más indicada. Cuando he escuchado los discos previos a éste, he pensado muchas veces que podían haberse beneficiado de una producción más agreste y natural, y aquí parece buscarse algo parecido a base de distorsión y pérdida de sutilezas, una crudeza en su caso mal elegida. 'Perry Said' podría ser el prototipo de canción infalible de Rose Carlotti, pero la impresión de mayor potencia en su voz y las guitarras puntiagudas no favorecen. A pesar de temas que mantienen su compromiso con el pop de buen estribillo como 'Worser' o 'Love is Stretching', la sensación es la de escuchar a alguien desorientado, y así lo confirmaría ella misma en cierta manera en el último concierto del grupo en Londres, el 8 de diciembre de 1993: "Tenemos la intención de re-inventar la banda, probablemente bajo una nueva dirección y con otro nombre". Aunque junto al inseparable Stephen Ward iniciaría un breve proyecto llamado Angora (luego Tom Patrol), nunca más se supo y no han vuelto a tener intenciones musicales a la vista.
Para escuchar en Spotify:
1. Tiny Feet 2. Tuna 3. Dreamtime 4. Here I Hide
5. Toy 6. I See Danger [live]
7. Blood From a Stone 8. Worser 9. Turn Away
10. Hooligan 11. The Girl Became the Stairs
12. I Wonder Why 13. Slip and Slide
14. Too Late 15. Perry Said
1, 2, 10, 11, 14: Jubilee Twist, 1992
3, 4, 7, 12, 13: Cleopatra Grip, 1990
5: Toy, 1987
6: Now That's Disgusting Music compilation, 1990
8, 15: Vertical Smile, 1993
9: Total Abandon, 1991
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