Imperdible: Aztec Camera - "High Land, Hard Rain" (1983)

18 de septiembre de 1984 por la noche. En la segunda cadena de TVE están Aztec Camera tocando en directo, invitados por el programa La Edad de Oro. Paloma Chamorro (lamentablemente fallecida la semana pasada, con este texto en progreso), como hacía siempre, interrumpe el recital a la mitad para hablar con los artistas. Algunos se lo ponían verdaderamente difícil, demasiado distraídos por el indiferente gallinero que rodeaba el set de las entrevistas, copas y cigarros en mano; o quizás demasiado pasados ellos mismos, de sustancias cuando no de arrogancia o pasivo-agresiva timidez. Enfilando el séptimo minuto de conversación, coge Chamorro y le pregunta a Roddy Frame (voz, guitarra, armónica) qué opina de los titulares que le proclaman el nuevo Dylan. "Creo que decir eso es una cosa muy rara", responde, todo corrección y encanto escocés. "Tendría que ser más viejo. Demasiado precoz para ser Bob Dylan". Un poco más tarde, cuando le pregunta si cree que en el futuro alguna banda le deberá algo a la suya, dice jocoso: "The Go-Betweens me deben una guitarra", cosa que se le pierde a la traductora simultánea. Los críticos musicales podían ser exagerados con sus muestras de entusiasmo -debutando a los 18 años, Frame aún tenía mucho que desvelar y probar- pero él también tenia su punto presumido, seguro de su talento. Y es que podía estarlo.

Roddy era precoz, sin duda. Que sus hermanas y su hermano ya fuesen adolescentes cuando él apenas había cumplido 4 años le permitió cazar al vuelo útiles conversaciones sobre marcha nocturna, amoríos y deseo carnal, todo ello salteado con la música de The Beatles. En sus habitaciones vio también por primera vez una foto de David Bowie. "Recuerdo estar escuchando 'Space Oddity' cuando era muy joven, sentado a la mesa bebiendo sopa con mi madre, recién llegado del colegio para comer, y ponerme a saltar diciendo '¿Has oído eso? ¿Lo has oído?'", contaba en Smash Hits en 1983. Empezó a necesitar desmenuzar la música, más si venía con giros impredecibles como los de esa canción. Poco después, ya se pasaba las noches de los sábados acompañando con la guitarra acústica a su padre, cantante aficionado, haciendo versiones en los clubes sociales donde se recreaban las familias de clase obrera en muchos lugares de Escocia. Él alcanzó la pubertad en plena eclosión del punk en Gran Bretaña, así que dio con el ímpetu del do it yourself sin ir ya de la mano de sus hermanos y lo incorporó rápidamente a su plan para catalizar su determinación con la música. Su amigo Campbell Owens (bajo) se le unió para formar Aztec Camera. La noche del 28 de enero de 1981, un día antes de que Roddy cumpliese 17 años, la banda grabó su primer single para Postcard Records, una compañía independiente escocesa que había puesto en el mapa a Orange Juice, el grupo que lideraba Edwyn Collins.

El escritor Sukhdev Sandhu dijo en The Guardian: "las bandas del sello se convirtieron en arquitectos accidentales de lo que más tarde se conocería como indie pop: letras irónicamente románticas; melodías tintineantes; una aura arty que nunca derivaba en esnobismo; una habilidad para romper la diferencia entre The Velvet Underground y el soul americano". La vida de Postcard -cuyo eslogan era "El sonido de la Escocia joven"- fue tan clave como efímera, cesando su actividad en 1981 cuando se les escurrieron de las manos Orange Juice -que ficharon con Polydor- y los mismos Aztec Camera, que abortaron la idea de sacar un primer álbum con ellos. Roddy Frame era ambicioso y quería que su música estuviese bien grabada y llegase al mayor número de gente posible, y sabía que no había medios para eso en Postcard. Rough Trade, también independiente pero mucho más potente y basada en Londres, se llevó el gato al agua y con la asistencia de Bernie Clarke y John Brand empezó la producción de High Land, Hard Rain (1983).

Pensar que Frame había escrito el repertorio que integra su primer álbum entre los 16 y los 18 años le deja a uno atolondrado. Se había entregado tanto a la guitarra y a la artesanía de la composición que a tan tierna edad expedía canciones de pop elaborado, emocionalmente adelantado, que brilla por su franqueza y la elegancia dada por su economía, como diría él:  "La economía es vital. Y no solo en música pop. Es lo que hace que la mayoría de cosas sean hermosas, en cualquier tipo de disciplina artística. Me disgusta sobremanera la sobreescritura y la ampulosidad. Me gustan las cosas bien escritas, concretas". En 1983, cuando los new romantics vencían en las listas inglesas con sobreactuación y vulgaridad (los dientes rechinan recordando singles e inflexiones vocales de Spandau Ballet y Duran Duran), Aztec Camera formaban parte de las hordas menos frívolas de la década de los 80, alineados con el romanticismo sofisticado de Prefab Sprout o Everything But the Girl y trayendo al frente una guitarra acústica rasgada con nervio de la que, probablemente, tomaría buena nota Robert Smith para darle exuberancia a 'The Caterpillar' e 'In Between Days' de The Cure en un futuro no muy lejano.

Con un título que alude al entorno en Escocia ("Tierra alta, fuertes lluvias"), el álbum se descubre como una translación poética de lo íntimo, lo más pequeño y por lo tanto más cercano de la vida de Roddy Frame. Como obra escrita desde una perspectiva joven, donde se mezcla amor, deseo, inquietud y confusión adolescente, la veo como el reverso de otro debut publicado ese mismo año, el disco homónimo de Violent Femmes. Allí donde su cantante Gordon Gano (que es solo siete meses mayor que Frame) se expresaba con una cómica agresividad propia del patito feo de la historia, el cantante de Aztec Camera es todo ternura y novela. 'We Could Send Letters', por ejemplo: ¿cómo un estribillo tan vasto, colmado de nostalgia y mansa frustración, puede hablar simplemente de la incomunicación entre dos personas que viven en la misma habitación, como confirmó en el Rockdelux de noviembre de 1984? O cuando cierra el disco con el tipo de canción folk que uno cantaría frente a la ventana de alguien para declararse, diciendo: "Meto todo el amor y la belleza en el espíritu de la noche / y agarro con fuerza mi billete / la estupidez y el sufrimiento también van con ese billete / y voy a bajar la montaña rusa contigo".

Es pop en mayúsculas escrito por un chaval que desde el principio no quería encasillarse. Tímidos amores se visten con el tono anhelante de las canciones de los años 50 en 'The Bugle Sounds Again' y 'Back On Board', esta última mezclando una armónica dylaniana con un coro de chicas que le sacan a la melodía colores hawaianos; 'Pillar To Post' es como la interpretación new wave de una pieza de la Motown; la bossa-nova serpentea bajo la percusión y el ritmo irresistible que marca la guitarra acústica en 'Oblivious' y también en la primera mitad de 'Release', que se desarrolla acelerándose progresivamente hasta dar rienda suelta a lo que anuncia el título ("Liberación"), una fantasía escapista sobre trascender la vida cotidiana, lo conocido, como si ello fuese un lastre para realizarse; un asunto del que expresa mejor la ansiedad y la desesperación en 'Lost Outside the Tunnel' y 'The Boy Wonders'. Como si hablase consigo mismo, canta: "Sécate los ojos, sella los labios y ya no tienes 16 años / y te dejaré echar una ojeada a lo difícil y lo limpio / y mi baúl de viaje estará abierto para ti / y chico, aprenderás que no tienes ni idea".

Aprender, cambiar y no conformarse eran conceptos y trazos de personalidad que dirigían a Roddy Frame, hay quien se preguntó si con demasiada vehemencia o impaciencia cuando se supo que el segundo álbum de Aztec Camera, Knife (1984), venía producido por Mark Knopfler con un resultado más blando y, pronto, caduco. A él le daba igual decepcionar en lo que consideraba el ghetto del indie pop"Era joven y rebelde, así que no podía soportar la idea de ser la mascota de alguien en el NME. Knife era como darle en la frente a esa clase de mentalidad indie, especialmente después de pasar mucho tiempo en América. Allí la escena musical era mucho más abierta, basada en hacer lo que quisieses, en vez de tener a alguien diciendo que solo importan tres grupos". Ahora se lo decía a los demás: sécate los ojos, sella los labios y ya no tienes 16 años.


Para escuchar en Spotify:
(La reedición incluye al final tres canciones extra de las
mismas sesiones de grabación, igualmente inspiradas)



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