Escenarios: Françoiz Breut - Teatre Margarida Xirgu (Badalona), 6 de abril de 2025


No sé cómo se ha escurrido el tiempo así entre mis manos, pero ocho años han pasado desde que vi a Françoiz Breut en el Institut Français de Barcelona; un concierto de tarde como el de ayer en el Teatre Margarida Xirgu de Badalona (dentro del festival Blues & Ritmes, histórico en la ciudad) y también en el mes de abril. Sentado de nuevo frente a Breut pude constatar que lo de conseguir que a las seis de la tarde te parezca que son las once de una noche estival al fresco, despejada y con la temperatura perfecta, no fue una casualidad la primera vez, sino que es un don que debe poner en práctica cada vez que se sube al escenario. Quizás en esta ocasión aún tenía más fácil que nos imaginásemos engullidos por el cielo negro de un paisaje frondoso, con la vitalidad visceral y la invitación a mirar a nuestro alrededor que inspiran sus trabajos más recientes. Preparando otro artículo hace unos días escuchaba a PJ Harvey diciendo hace un año que "acercándome a los 55, intento buscar positividad y esperanza al máximo. (...) Quiero ser tan buena persona como pueda el tiempo que me quede aquí", y me doy cuenta de que es algo que comparten artistas de su misma generación como Françoiz; la madurez las ha llevado a mirar más hacia fuera que hacia adentro y a cultivar en su arte aquello que nos lleve a reflexionar a una mayor escala, sin mirarnos el ombligo. En las canciones de su último álbum, Vif! (2024), Breut observa todo lo que nos rodea y celebra la fuerza de la naturaleza de una manera nada hippie o moralista, más bien regalándonos una utopía en una era en la que estamos saturados de consumir distopías (también de verlas realizadas), y me parece que eso ahora mismo no tiene precio. Quizás ninguna artista me hacía sentir el valor deslumbrante de nuestro entorno natural de una forma tan viva desde el Felt Mountain de Goldfrapp hace 25 años. 

Con la única compañía de Marc Melià (teclado, sintetizador) y François Josef Schulz (batería, programaciones, guitarra), en esta gira ha dado una capa de fulgor retrofuturista al repertorio antiguo y ha reforzado la que ya tenía el más reciente, conformando uno de los setlists mas armoniosos y mejor estudiados que he visto en mucho tiempo. Adaptarlo todo a este formato minimalista fue una decisión de fuerza mayor -Roméo Poirier, tercero en el equipo que ha creado con ella los dos últimos discos, no podía sumarse a los directos- pero también es un recordatorio de que Françoiz ha sido intrépida a lo largo de su carrera y ha mantenido su música en un flujo dinámico de cambio. Las canciones de Vif! y Flux Flou de la Foule (2021) vertebran el discurso y sugieren la moraleja: la inicial 'Hors Sol' inicia la acción imaginando un elegante motín de las plantas para recuperar el espacio que les arrebata la mano humana cada día; en 'Crever l'Asphalte' adopta un tono más juguetón, encarnando a una raíz que sortea obstáculos y rompe el asfalto; en 'Dérive Úbaine dans la Ville Cannibale' le insufla humor y un ritmo disco a la angustiosa huida de una ciudad masificada; 'Ode aux Vers' es una delicada chanson que versa sobre la descomposición del cuerpo bajo la tierra... 

Para el resto del repertorio saltea hábilmente selecciones de su discografía que podrían pertenecer a esta narrativa desde un enfoque más personal: cuando se apaga 'Hors Sol', nos suelta la mano en una reinterpretación intrigante de 'La Nuit Repose' y la apasionada 'La Conquête', en las que habla del peso taciturno de la noche y la inmensidad del espacio; el arrebato de amor de 'La Certitude' es reinventado lejos del obtuso original desde el sintetizador; 'Ma Colère' se desarrolla con una inquietud que tiene los ojos de cristal y Marc Melià acaba arrastrándola a una tormenta de sintetizador tostado y electrificante que se funde, sin oportunidad de aplaudir, con la intimidad de alcoba de 'Mes Péchés s'Accumulent', en el momento de contrastes más extremo de la velada. No se olvida del conocido 'Si Tu Disais' y concluye el set principal con el 'Zoo' que daba título a uno de sus discos más aventurados en el aspecto plástico, un autorretrato krautrock creado a partir de la enumeración de un puñado de animales y un aullido desesperado al final ("La vida es un circo / mi corazón es un zoo / cómo domesticarlos todos estos animales"). Breut se marcha antes de que Marc y François la rematen, pero regresarán para un único bis épico, 'Derrière le Grand Filtre', otra pieza añeja donde los elementos naturales ya cimentaban en la letra unos sentimientos ardientes. Se alarga en una coda intensa, melancólica, bañada por lenguas de agua arábigas que dispara Melià desde el sintetizador. Es entonces cuando las luces del teatro se encienden de verdad por primera vez en todo el concierto. Verlos a los tres vestidos de negro sobre un fondo del mismo color había sido como ver a artesanos titiriteros, saliendo al escenario de camuflaje para no entrometerse en la ilusión del espectáculo. E ilusión hubo mucha.


Setlist:
Hors Sol / La Nuit Repose / La Conquête / Ode aux Vers / Juste de Passage / Ma Colère / Mes Péchés s'Accumulent / Ectoplasme / Métamorphose / Crever l'Asphalte / Dérive Úbaine dans la Ville Cannibale / La Certitude / Si Tu Disais / Zoo // Derrière le Grand Filtre

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