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Mostrando entradas de enero, 2012

Minutos: The B-52's - 'Give Me Back My Man' (1980)

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En el cancionero de The B-52's rara vez se masca la tragedia, y si ocurre durante el transcurso de un disco tan impetuoso como  Wild Planet (1980) -que pertenece a esa categoría de segundos discos que suponen un equilibrado complemento a un debut excelente-, aún llama más poderosamente la atención. De tener que hacerlo alguien, eso sí, solo podía ser Cindy Wilson (voz, percusión): sus contadas interpretaciones en solitario en los álbumes de la banda siempre son arrebatadoras. Donde Kate Pierson (voz, teclado, guitarra) es aérea, helada y misteriosa, con una voz limpia que uno puede llegar a confundir con las notas más agudas del órgano, Cindy desata una voz llena de impurezas y salvaje, sonando apasionada de una manera despreocupada muy curiosa y única (revisen sus archivos y recuperen 'Hero Worship', 'Downtown' o 'Loveland' para ilustrarlo). Corre el rumor de que la letra de 'Give Me Back My Man' (que se extrajo de Wild Planet  como sin

Tarde o temprano: Maika Makovski - "Desaparecer" (2011)

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Primera o segunda fila de platea, la noche del estreno de Desaparecer   en el Teatro Romea de Barcelona. De Juan Echanove recuerdo sobre todo varios estremecedores gestos en su tez, empapada en un sudor histérico; recuerdo cómo su voz abrasaba la segunda mitad de la obra en el espeluznante recitado de Nevermore de Edgar Allan Poe sobre una percusión tan agitada como insólita a cargo de Maika Makovski . La figura de ella, de espaldas, golpeando metales en un compás deforme, es otra instantánea acerada. Pero lo que nunca olvidaré de Maika es la primera vez que se levantó de la banqueta del piano y se dirigió al filo del escenario para recitar, sigilosa, sus primeras palabras, haciéndonos tragar saliva con congoja mientras veíamos como por su mejilla derecha se deslizaba una lágrima. Tras el piano removió y embelleció según el guión, pero con su sola presencia fantasmal al lado de Echanove quedó clara su indudable valía como intérprete y transmisora de emociones. Calitxo Bieito , art

Escenarios: Maika Makovski - Sala Apolo (Barcelona), 19 de enero de 2012

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El coloso en llamas El único bis que brindó ayer Maika Makovski en la Sala Apolo, fecha enmarcada dentro del Festival Mil·leni, fue verdaderamente gráfico. Se dibujó la línea ascendiente y somática que va desde el pigmeo al coloso, un recorrido que la autora ha hecho con imponente maestría y rapidez en los últimos años: de manera anecdótica y tierna por la complicidad de la banda con muchos de los asistentes, salieron Juan Carlos Luque (bajo) y David Martínez (batería) para acompañarla en la revisión de 'Killing Bluebird', un tema de su ya lejano primer disco. Sonó tan enérgico y jovial como irrelevante, un lametón de rock urgente que hoy es poco más que el retrato de alguien que ha cambiado mucho. Tras 'The Bastard and the Tramp', Maika despidió la noche quedándose sola con la guitarra y cerrando las bocas del público con un tema aún inédito, 'Song of Distance', un lamento en el que manejó la voz y la pasión como, nombren a quien quieran, Joni Mitchell

Momentum: Grace Jones - "Warm Leatherette" (1980) / "Nightclubbing" (1981)

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En España no es raro que atribuyamos las cosas extravagantes y coloridas que pasaban a principios de los años 80 al contento de una sociedad que salía de la dictadura de Franco, que finalmente inflaba y desinflaba sus branquias en una democracia que no parecía tener el tono opresivo, conservador y retrógrado que tiene, curiosamente, ahora que han pasado 30 años. Pero la plasticidad de esa época, la osadía y la aceptación de lo arriesgado o lo contracultural en los medios de comunicación de gran alcance (el asombro de un mundo que aún no lo había visto todo), era algo global que no solo pertenece a nuestra historia.  Grace Jones inició esa década con una maniobra de reinvención de la que, probablemente, solo podía salir así de redimensionada en ese momento de la historia. Dibujándose subversiva, misteriosa y ambigua como nunca, se abrió vía libre al estrellato y cosechó todo el reconocimiento público que no había logrado cuando se había limitado a ser una cantante de música disco m