Imperdible: Manta Ray - "Manta Ray" (1995)

Mi primer recuerdo de Manta Ray se mezcla con el de una firma de Silvia Superstar y Billy King de The Killer Barbies en una camiseta. Mi madre nos llevó al compañero de clase con el que tenía un grupo y a mí a la Muestra Estatal de Discográficas Independientes de Balaguer. Catorce años, 1998. Ella se quedó con nosotros, aunque lejos de nosotros hasta que nos fuimos. Nada más llegar, a media tarde, Manta Ray ya estaban tocando en una carpa que con la perspectiva del tiempo veo demasiado pequeña, demasiado ridícula; más si recuerdo como, a penas un mes después de esa actuación, el grupo asturiano actuó en el escenario grande del Festival de Benicàssim entre Yo La Tengo y PJ Harvey y todo el mundo aplaudió su ubicación; su directo (algo extensible a su filosofía como banda) era aventurado y absolutamente en las antípodas de los complejos y la falta de definición o de personalidad que tanto lastraba a muchas de las bandas que surgieron en su misma época. A Manta Ray se les podía medir con la misma vara con la que se medía a los artistas forasteros más consolidados. No puedo negar lo que pasó; abandonamos esa carpa al poco rato. Sinceramente no sé si fue porque pillamos el final de la actuación o porque sin conocer al grupo decidimos dar una vuelta por los stands (donde, como decía, conocí a The Killer Barbies). Pero lo que vi no me dejó indiferente: 'Sad Eyed Evil'; una canción de su segundo álbum que, quien haya escuchado solo en su contenida versión de estudio, no podrá hacerse una idea del monstruo en el que podía convertirse en esa gira.

La aparición de un grupo de raíces rock que no basara su trabajo en una mímesis anclada en Sonic Youth, Pixies, Pavement y sucedáneos era algo que se esperaba con ansia en 1995. Era la confirmación de que la dejadez que tanto caracterizaba a formaciones que empezaron a aparecer en España en los años 90 era una decisión, quizás una limitación técnica en algunos casos, pero en ningún caso una imposición. Si uno hace un poco de trabajo de hemeroteca y repasa las entrevistas y reseñas que se hicieron sobre Manta Ray a raíz de la publicación de su debut homónimo podrá comprobar el entusiasmo incondicional con el que fue recibido, por insólito en el paisaje rock de nuestro país de aquel entonces y por su sólida arquitectura musical y estética, lista para traspasar los confines de nuestro estado. En a penas un año, el que transcurrió entre su primer EP Escuezme! (1994) y la grabación de este disco, la banda asturiana definió sus intenciones y pulió el ruido desbocado, favoreciendo la concreción y el detalle en la traslación de la tensión lírica que ya tenía su música. Un estirón de impresión.

Jose Luis García 'El Rubio' (voz, guitarras), Nacho Álvarez (bajo), Juan Luis Ablanedo (batería) y Nacho Vegas (guitarras) entraron al estudio con Paco Loco, un productor versátil y muy solicitado por los grupos noveles de la época que gracias a él sacaban lo mejor que podían dar de sí cuando en España no había demasiados medios ni personal en los estudios capaz de comprender el deseo por un sonido atípico o sucio, ni de ceder en ningún aspecto para conseguirlo. La prensa empezó a asociarles con nombres mayúsculos, no nombres cualquiera: Tindersticks, Nick Cave, Come, PJ Harvey. Por una vez no era solo por descifrar una plantilla sonora ni por señalar dedos y trastes manchados de carbón; se estaban buscando referentes a los que equiparar el apasionamiento recogido en la música. Jose Luis (si se me permite el entusiasmo: qué voz, ¡qué voz!) lleva durante este disco gran parte del peso emocional que se rebajaría en sus futuras referencias al empezar a experimentar con estructuras más abstractas e instrumentales, más rítmicas y pelín más frías. Aquí despliega ampliamente la nitidez siempre rasgada a tiempo de sus cuerdas vocales; una angustia reflexiva, una soledad enfurecida que suena llena de deseo; como si cantase en voz alta una selección de cartas privadas en un paisaje de exterior por el que no pasea nadie, pero por donde cabe la posibilidad que aparezca esa persona que echa en en falta. El tono de la exposición narrativa de los sentimientos, algo a lo que ellos siempre restaron importancia, era una verdadera rareza. 

Acordes menores y atmósfera enrarecida desde el instrumental 'Adamo', que lo abre, y que sirve de prólogo a lo que está por venir: la riqueza rítmica y repetitiva de 'Tin Pan Alley'; la aflicción de 'The Last Crumbs of Love', primer ejemplo serio de su excelente gusto en los arreglos (entran arreglos de cuerda y guitarra acústica en el crescendo final: "Ahora sé cómo hacerte daño, y el cuchillo será la herramienta / Te vi los ojos / Ahí estabas, llorando"); intimismo de cadencia arrastrada y blues ('I Send To You My Blues'), acústico ('Someone Else's Life') o de desarrollo más épico (siete minutos con giros de timón en 'Secrets'); nervio ('25 Sycomore' acaba con quejidos de recelo; 'Crazy Town' es directamente agresiva)... Emoción equilibrada en su desequilibrio, en definitiva, durante la totalidad del repertorio. A pesar de la eficiencia de Paco Loco para retratar sus intenciones lo mejor que pudo, y vista la agilidad con la que progresaron a base de dar conciertos poco después de publicarse el álbum, pasados estos años se revelan algunos pespuntes imperfectos y llamativos cortes en la cinta magnética para ensamblar 'Tin Pan Alley' y 'Four Tears In Her Face' que no oyes las primeras veces, preso de las sensaciones; y vuelves a pensar lo mismo, que son sobre todo esas sensaciones las que hacen de Manta Ray un disco imperdible. Manta Ray nunca volvió a hacer un álbum como éste, pero es que nunca hicieron dos discos iguales. Cada uno de sus trabajos puede presumir de tener una personalidad muy marcada y, sobre todo, son el reflejo de una formación que decidió ahondar en una dirección y que fue perseverante y ambiciosa en sus progresos hasta su lamentada separación en 2008.

Nunca me puse la camiseta de The Killer Barbies, por si se borraban las firmas al lavarla. Esa es otra historia.

Para escuchar en Spotify:

Comentarios

Bea ha dicho que…
Qué buena la historia Estanis.

A mi no me gustaban hasta que les vi en un pradejón (96 o 97) y bueno tengo un recuerdo imborrable. Enseguida me planté en la segunda fila alucinada. Asi que yo ya les pillé con el pequeñas puertas que sigue siendo mi preferido de ellos.

Después les vi más veces, no lo se, 6, 7 es el grupo que más veces he visto en mi vida. La última vez fue de teloneros del micah p. hinson, sabiendo que lo dejaban. Y uno de mis primeros conciertos en madrid, yo sola, con lo que me costaba, fue de ellos, hacía mucho que no les había vuelto a ver y fue impresionante. Sobre todo Xabel Vegas. Fue en la Heineken y no se llenó demasiado.

Siempre me extrañó que duraran tanto y sacaran tantos discos, tengo la sensación de que siempre fue un grupo de culto muy valorado en los medios y poco valorado entre el público. Pero sus conciertos eran entrar en un bucle del que no salias hasta que no terminaba. Mira que he visto conciertos desde entonces pero los recuerdos que tengo de sus directos son difícilmente superables y bueno para una chica de provincias como yo fue una suerte poder verles y que vinieran a ciudades donde apenas si iba gente a verles, les vi en santander siendo apenas 15 personas y aún así dieron un conciertazo. Yo se lo agradeceré eternamente porque ellos fueron los que me hicieron arriesgarme más en la música que escuchaba.

A mi también me gustó mucho Jose Luís, no es sólo por su voz sino por la intensidad con la que cantaba, y eran un grupo que casi daban miedo en el escenario, yo nunca me atreví a pedirles que me firmaran los discos :p

Me pasaría horas hablando de ellos. Besos.
Estanis Solsona ha dicho que…
Viola, qué maravilla de comentario.

el otro día una amiga me comentaba que 'Pequeñas Puertas...' también es su favorito; lo reescuché y me vinieron muchos recuerdos, porque el amigo que fue conmigo a ese festival en el que les pillamos por los pelos sí se lo compró y yo lo tuve grabado en cinta mucho tiempo antes de interesarme más por ellos, ¡y el concierto de Benicàssim grabado de Radio 3! pero las emociones que percibo en la voz de Jose Luis en el debut siempre me arrastran con más fuerza. hace poco leí una entrevista de hará unos ocho años con Nacho (el bajista) y decía que la voz lírica de Jose Luis no encajaba bien con las decisiones musicales que tomó el grupo después, y lo entiendo claro.

tú habiéndoles visto tantas veces (envidia, porque yo jamás volví a cruzarme en su camino y ahora me pregunto por qué y también cómo es posible!) ya sabrás a lo que me refiero cuando digo lo de 'Sad Eyed Evil' en los conciertos; lo recuerdo muy bien, y cuando mi amigo me pasó el disco me alegré un montón de ver que esa canción estaba ahí, aunque ojalá la hubieran inmortalizado tal cual era en directo.

¡un abrazo!
Viola Tricolor ha dicho que…
Se me olvidó preguntarte si no habías vuelto a verlos, ya veo que no. Y no tendrás el concierto de benicassim en mp3 ¿verdad?
Ayer estuve pasando a mp3 los dos primeros discos y el score que me voy de viaje :)

Para mi eran un grupo de directo. Mucho mejor que sus discos porque también el verlos sobre un escenario era parte de la intensidad que trasmitian. En sus directos cambiaban mucho las canciones, las alargaban mucho.
Siempre estuve esperando que sacaran un disco en directo pero no se porque nunca lo hicieron, asi que el score es un tesoro.
Mis recuerdos son muy distintos de unos conciertos a otros, yo creo que cambiaban mucho de una gira a otra, rehacian las canciones. Mi favorita siempre fue OF King y lo que recuerdo es que cada vez hacian una version distinta. Sad Eyed era impresionante por la forma de cantar y de actuar de Jose Luís, es como si le estuviera viendo ahora mismo, los gestos que hacía.

Es una pena que no hubiera camaras en aquella época, lo que daría por ver un concierto de ellos en youtube, eran muy elegantes sobre el escenario y como ya he dicho impresionaban bastante. Yo no se cuanta parte habia de improvisación que la tenia que haber pero sus conciertos parecian milimetricamente pensados, tocaban muy bien, sonaban siempre muy bien y fue la primera vez que vi a un grupo en directo con instrumentos distintos, por ejemplo llevaron un theremin en el concierto que les vi en bilbao con los diabologum que creo que era rudow quien se encargaba de esa parte, y de los teclados y ruiditos raros. En ese concierto no se si fue nacho vegas quien uso un serrucho con la guitarra. Salias del concierto en estado de shock y alucinada. Después me ha vuelto a pasar con muchos grupos pero la primera vez que me sentí así fue con ellos.

Gracias Estanis por recordarmelos.
Más besos.
Estanis Solsona ha dicho que…
el concierto de Benicàssim, como un montonazo de cosas que tengo grabadas de Radio 3 de esa época, tiene que estar en una enorme bolsa en casa de mi madre, pero nunca he pasado nada de ello a mp3. es algo más que pendiente, como las cintas de VHS, que se van a desintegrar! :)

lo de no verles más en directo, cuando les descubrí fue porque aún no tenía autonomía para moverme e ir a conciertos, y a Lleida no venía nadie, jajaja. es muy triste. luego es cierto que después de la colaboración con Schwarz me desapegué un poco de ellos, esas cosas que pasan que estás descubriendo unas cosas y aparcas otras, y ahora arrepentimiento brutal, más leyendo lo que explicas.

yo "Score", a parte del cd que regaló Rockdelux, lo tenía grabado de la tele autonómica catalana y bueno, como tú dices, monumental y también mi primera vez viendo lo que eran instrumentos como un theremin con ellos :)

que tengas muy buen viaje. me imagino el paisaje rodando a través de una ventanilla mientras suenan 'Suspicion' o 'Stars in Your Eyes'.

un beso