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Mostrando las entradas etiquetadas como new wave

El despiece: The Rogers Sisters

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Decidir si perdonas o reprochas a un grupo que se parezca demasiado a otro que te gusta es de esas cosas que puede delatar tu incoherencia. Si la música de la banda que han elegido como modelo te emocionaba muchísimo, lo más probable es que identificar una réplica te indigne. ¿O no siempre? Por ejemplo, recuerdo el revuelo de hace unos años con Savages y todas las menciones a Siouxsie Sioux que acumulaban en las reseñas, pero no eran precisamente para humillar a la banda recién llegada. A mí mismo me ocurrió cuando vi al cuarteto en directo; conociendo bien la trayectoria de Siouxsie & the Banshees era de una obviedad aplastante: su cantante había estudiado la imagen y el lenguaje corporal de la Siouxsie de 1977, modulaba la voz con el vibrato de la de 1984 y el grupo sonaba compacto y feroz como los Banshees de 1979. Su disco no me emocionaba pero podía entender por qué se consideraba a Savages dignas sucesoras de la música de esos tiempos y no una caricatura que escupía ideas...

Caso abierto: Culture Club - "Colour By Numbers" (1983)

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Creo que al pensar en las excursiones que nos tocaba hacer de pequeños a casa de un pariente o de amigos de nuestros padres, todos nos acordamos de un incentivo especial; un fetiche, algo que te fascinaba y que solo podías disfrutar en otra casa. Si me transporto a la infancia solo doy con objetos coloridos y más o menos pop: la caja de música sobre la que daban vueltas Don Quijote y Sancho Panza en casa de mis abuelos maternos; un poster de La Dama Se Esconde en el piso de mi tío Ramón; el puzzle artesano de madera en casa de Inma y Guti; la colección de llaveros dispares en el dormitorio de los primos de mi madre; una pila de revistas Vogue en el suelo del salón de mi tía de Pamplona y otra de números de The Face que tenía una amiga de mis padres, Maribel... Cada imagen agita fuertemente mi memoria sensorial. Algunas de estas cosas solo podía admirarlas como obras de arte, sin llegar a tocarlas nunca, pero con otras pude recrearme reiteradamente. En casa de la abuela paterna, má...

Minutos: Blondie en el extrarradio de los singles

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Mi primer recuerdo de Blondie , y creo que no me equivoco, viene envuelto en cartón roído, tierra húmeda, pelo de perro y el jugo de unas uvas demasiado maduras colgando casi marchitas de una parra. Todo casi literalmente. Fue durante una limpieza en el corral de mi abuelo cuando aún no era un adolescente; con la funda doblada y algo empapada, una copia en vinilo de Eat to the Beat (1979) apareció aplastada debajo de algo y nadie sabía cómo había acabado allí en lugar de haberse quedado en su día junto al resto de discos de mi padre. Rescatamos a Blondie del corral, sí, pero nos desentendimos del artefacto en vez de adoptarlo, no recuerdo si porque el estado del disco era realmente insalvable. Fue una oportunidad perdida para que Debbie Harry (voz) se incorporase a mi elenco de educadoras particular junto a Nina Hagen, Laurie Anderson, Patti Smith, Siouxsie y las chicas de The B-52's. Aún ahora, cuando veo esa portada y reparo en su mirada, sigo recibiendo las vibraciones de ...

Minutos: Undertones - 'Julie Ocean (Single Version)' (1981)

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Si la música pop de hoy en día nos parece a menudo de usar y tirar, más efímera que nunca, quizás sea por la naturaleza poco nutritiva de la misma, que ya propicia un ciclo de reemplazo constante de canciones para volver a sentir esa escasa satisfacción inicial constantemente. Como el que ha comprado una bolsa de chicles baratos y pronto se da cuenta de que el sabor de cada uno se desvanece completamente con a penas quince mascadas; como el irremediable e insatisfecho promiscuo. La estimulante velocidad del pop no es nada nuevo, pero en otras décadas como la de los '70 o los '80, cuando se permitía asomar el hocico en el mainstream a artistas más intrépidos a pesar de su heterodoxia, la celeridad con la que encadenaban sus trabajos -un álbum al año, a veces en menos tiempo- tenía que ver con la inquietud que tenían por investigar y explorar los límites de sus posibilidades. Uno echa un vistazo a la trayectoria de un grupo como Siouxsie & the Banshees, que tantas veces p...

Caso abierto: The B-52's - "Whammy!" (1983)

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Pocas veces referencias tan retro a lo kitsch, a lo extraterrestre y al rock de los 60 habían resultado tan futuristas. Tras dos primeros discos unánimemente aplaudidos, venidos a zarandear con desenfado el pop inteligente más ligado a la vanguardia de finales de los 70, muchos ya se preguntaban a la altura de 1983 si habría futuro para The B-52's . El quinteto de Athens (Georgia) admitía que The B-52's (1979) y Wild Plane t (1980) habían sido trabajos complementarios, alimentados por el repertorio que tenían consolidado antes de entrar en un estudio por primera vez, y cuando las canciones se agotaron sabían que iban a tener que empezar de cero, tirasen por donde tirasen. No fue fácil y de cara a la galería les salió rana: confiaron en David Byrne (Talking Heads) para que produjese sus composiciones frescas y la génesis fue tan problemática que Island Records tuvo que sacarse de la manga el mini-LP de remezclas Party Mix! (1981) para ganar tiempo. El grupo apostó por expe...

Caso abierto: The Motels - "Little Robbers" (1983)

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"Tienen que estar bromeando. Pero Martha Davis canta las baladas con tanto entusiasmo que el resultado es tan divertido como oír a Meat Loaf -tan 'sutil' que ninguno de los inocentes que se compren el disco podrá entenderlo".   Lo dijo el reputado (a veces temido) periodista musical Robert Christgau sobre All Four One (1982), tercer disco oficial de The Motels , en una escueta reseña de dos líneas. Hay más; un apunte tonto pero ilustrativo:  Martha Davis (voz, guitarra) tiene su propia entrada en una web perversa  llamada Am I Annoying  donde uno puede convencerse de que es un personaje irritante por motivos como  "Se quedó embarazada a los 15" , "Tiene problemas de peso" , "En 1998 reformó la banda bajo el nombre The Motels featuring Martha Davis" . The Motels es una de esas bandas con detractores que hacen ruido. Hay quien vio Flashdance en su momento y siente apego por la banda sonora a pesar de ese toque ordinario, i...

Imperdible: Eurythmics - "In the Garden" (1981)

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Vestida de novia y salpicada con pintura acrílica de todos los colores; las mejillas sonrojadas, de un tono que parece más natural y aniñado que conseguido a base de polvo. La mirada es la de alguien a quien han pillado haciendo una travesura, ¿o quizás está confundida o, peor, poco convencida? Poco convincente, también. Hay que ver a Annie Lennox en la portada del single más exitoso que grabaron The Tourists, una versión de 'I Only Want To Be With You' de Dusty Springfield que escaló las listas en Australia y el Reino Unido en noviembre de 1979. Al realizar la sesión de fotos todavía no tenían ni idea de que tendría tal aceptación comercial, y aún así refleja una terrible inseguridad. Fue, al fin y al cabo, una versión que habían grabado con intención irónica; la reinvención de un clásico pop en clave new wave guitarrera, el único guiño a la enaltecedora actitud punk que se permitió una banda apaleada continuamente por la prensa: John Peel declaró que se negaba a ponerlos...