El despiece: Usura
Esta entrada apareció en el blog el 17 de agosto de 2008.
-firmado por Nuclear Sí y yo mismo-, y celebrando también el 20 aniversario de la publicación
del primer EP de Usura, publico el texto revisado y ampliado.
Tropecé con Usura en la retrospectiva por capítulos que hizo Rockdelux a finales de los años 90 sobre la escena independiente nacional. Tenía catorce años y como adolescente parecía que las cosas que me había perdido cinco años atrás hubieran ocurrido en realidad hacía décadas. En la época antes de internet todo eran pistas, misterio, imaginación, suerte, anhelo y perseverancia. Leía que era una de las bandas más seguras e interesantes que se dieron a conocer a principios de la década y fantaseaba con su sonido a partir de la pequeña foto de un concierto, el título de un disco y el de una canción. Cuando al fin les escuché -primero a través de un CD que acompañaba al número 8 de la revista Factory que compré atrasado, y luego el verano siguiente en un especial sobre voces femeninas en Viaje a los Sueños Polares- tuve un flechazo y me dediqué a rastrear lo que había sido su trayectoria con fascinación. Que su andadura fuese corta y localizar su música nada sencillo le añadió aura al asunto, y resolver el rompecabezas que para mí era su producción se convirtió en una aventura subyacente en mi cerebro. Un único disco largo, un EP que acabé encontrando en 2005 en una tienda italiana que me mandó la copia impecable que no localizaba en España, un puñado de temas regalados a recopilaciones de edición limitada y algunas maquetas (no todas) que localicé por sorpresa: el resumen de más de diez años como seguidor de una banda que a penas duró alrededor de cinco, entre 1989 y 1994.
Ana Béjar (voz) y Alfonso Pozo (guitarras) se conocieron en Leganés (Madrid) en 1988. Aunque ella había visto un anuncio que Alfonso había colgado en una tienda y no se atrevió a responder, coincidieron más tarde fortuitamente y sus afinidades les llevaron a establecerse como la pareja inseparable que siempre sería el núcleo de Usura, grupo que bautizaron con el nombre de un álbum del compositor y músico belga Wim Mertens. Completó la primera formación Miguel Dávila (bajo, teclados) y una caja de ritmos programada a la temperatura helada de la cold wave. Sus maquetas más antiguas atestiguan su atracción por los primeros Cocteau Twins y la facción más lúgubre del post-punk británico, especialmente por la rigidez rítmica y unos punteos de guitarra que Alfonso ejecutaba como el discípulo más avanzado de Robin Guthrie, las notas chorreando de una cascada para convertirse en un amasijo de alambres rodando por un río descendiente ('Head's Temples' o 'Black Amber' suenan agresivas; 'The Last' hasta industrial). Ana empieza a brillar seriamente en canciones como 'Knabinsly' aun con una entonación tétrica y una voz con un cuerpo que nada tiene que ver con las piruetas de Elizabeth Fraser. Cuando más adelante la belleza melódica y los teclados ganan presencia, uno puede llegar a vislumbrar el influjo de la melancolía del Faith de The Cure ('Violence', 'A Window Closes'). Con la breve entrada en la banda de Howard Toshman, segundo guitarrista que había formado parte de bandas como The Waterboys, se comienza a apreciar mejor la tendencia a acentuar el aspecto más romántico del conjunto y dejar a un lado su vertiente más dura y siniestra. A partir de esas maquetas Rosa Pérez escribió en la revista Boogie (octubre de 1990) que Usura era "un grupo de pop muy atmosférico, capaz de crear ambientes tenebristas, agitar sentimientos y despertar emociones. Inusuales en el panorama nacional, les deseo larga vida; pero, según están las cosas, yo no me perdería su próximo concierto". La única canción que publican oficialmente en ese tiempo es 'Bridge Over Lillies' en el recopilatorio The Legarock de Aquí (abril de 1991), iniciativa de la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de Leganés para dar a conocer a bandas noveles de la ciudad. Poco después, la caja de ritmos es sustituida por el batería Gary Ellis y el grupo se abre a nuevas posibilidades.
En 1991 Usura son ya un sexteto: Ramón Moreira -un guitarrista que aportó un personalísimo estilo a las cuerdas, rebosante de imaginación- reemplaza a Toshman y entra también el bajista Jose Luis Zabala. A partir de entonces la formación empieza a madurar considerablemente en directo y su propuesta se vuelve mucho más contundente, colorista y pop, aunque no deja de ser un pop retorcido que bebe de súbitos cambios de ritmo y contrastes entre cristalinidad y distorsión. Muestra de su refinamiento con respecto a esas primeras maquetas es el tema 'The Trial', elegido por Luis Calvo para formar parte del single que incluía el número 3 de su fanzine La Línea del Arco, y sin duda una de las mejores composiciones de su catálogo, una combinación de guitarras limpias, acordes mayores, una melodía memorable y el ritmo galopante. Era la pieza estrella de su última maqueta, grabada en Ensayo-Estudios de Madrid en julio de 1991, un muestrario de su versatilidad en un repertorio de canciones que abarcaban desde la electricidad eufóricamente vil de 'Please Eve with a Bite' y 'Quite Bizarre', usando las estructuras dinámicas que se convertirían en su sello, a un medio tiempo delicado como 'Eternal Landscape'. Luis Calvo había llegado a Madrid procedente de León a finales de 1990 y Usura se convirtió en su prioridad recién estrenado su sello Elefant Records. El último fin de semana de febrero de 1992 viajan a Almazora (Castellón) y pasan cuatro días en el estudio Waves de su amigo Juanma Mas, donde registran las canciones que integran su primer EP Come What May Believe What I Say. Para entonces ya habían ganado varios concursos en su comunidad autónoma y empezaba a hablarse de ellos como una de las bandas más prometedoras de la escena independiente del país. El EP ratificaba la madurez de la maqueta y que Usura podía medirse a la altura de sus contemporáneos ingleses o americanos. Buscar referentes claros es inútil; uno mencionaría lo arisco de los primeros Lush, la saturación adobada con resuellos acústicos de My Bloody Valentine o el delirio estructural de Throwing Muses, pero son solo destellos que nunca derivan en nada mimético. Aquí apostaron por un sonido uniforme y directo, robusteciendo las guitarras con distorsión y eligiendo un repertorio de canciones raudas y desenfadadas, particularidad de la que se desmarca el último tema, 'Fiddler's Green' (curiosidad: es 'Eternal Landscape', rebautizada pero en la misma toma de la maqueta). Indie rock fresco ('Brainstorm'; 'Lovesick', elegida novena mejor canción de 1992 para Rockdelux), noise pop acelerado que salta sobre pozos acústicos para volver a la carrera eléctrica sin avisar ('Cockamamie'), con un aire estival cargado de adrenalina ('Like a Sunday')... Su habilidad para reconducir un tema hacia parajes malévolos cuando debería estar llegando a un clímax de dulzura era única.
A pesar de la seriedad de su trabajo, las cosas no cambiaron mucho cuando el disco salió a la calle en otoño de 1993. La escena independiente seguía sin infraestructuras sólidas, no daban con un manager dispuesto a llevarles y se encontraban con un álbum del que estaban muy orgullosos entre las manos pero que no tenía ninguna salida, que no podían dar a conocer. Desilusionados y frustrados (como recoge el tono beligerante de una de sus últimas entrevistas) se plantearon seguir con la banda en otro país pero ante la negativa de varios miembros, deciden separarse. Su último concierto es el 25 de febrero de 1994 en Valencia, en formato acústico acompañados de cuerdas. Ana y Alfonso se fueron a probar suerte a Londres y Ramón estuvo a punto de acompañarles, pero no se supo nada de ellos hasta que volvieron a Madrid y formaron el grupo Orlando, mientras el resto de miembros fundaron bandas como Venas Plutón y Vega. De manera simbólica y puntual, los integrantes de Usura se reunieron el 11 de abril de 2008 para tocar un único concierto en Madrid en homenaje al teclista de la banda Miguel Dávila, fallecido el 8 de febrero del año anterior. En la actualidad, Ana Béjar y Ramón Moreira vuelven a trabajar juntos con el mismo buen gusto y misterio que se les conoce bajo el nombre de Todo, proyecto con el que debutarán oficialmente en unos meses.
Para escuchar en Spotify:
Inencontrables encontrables tras el click:
('Bridge Over Lillies', del recopilatorio The Legarock de Aquí, 1991; 'A Window Closes', del recopilatorio Spying on a Blue Sky, 1991; 'Please Eve With a Bite', del recopilatorio The Noise and the Melodies: the Pearl Compilation, 1993; 'Naked Bett's Sound' (acústica), del recopilatorio Give Me More of That Sound, revista Spiral, 1994 y grabada para Disco Grande de Radio 3, el 11 febrero del mismo año; y el resto de esa misma sesión: 'Lovesick', 'Golden Brown', 'Slow' y 'Catapunk'; y 'Quite Bizarre', cedida al disco Premios Siroco 1993 y perteneciente
a la maqueta registrada en julio de 1991)
Comentarios
Pienso que la música que escuchas entre los 12 y los 24, es la que te gustará para toda la vida.
Yo vivía en Lleida y encontré una copia en CD de "Hake Romana" en una tienda, como seis años después de que se publicase, porque recibieron mucho stock de grupos independientes a mediados de los 90 por el interés mediático que hubo, pero no vendieron varias referencias hasta que a los 15 años empecé yo a arrasar con ellas :)
Un saludo!
Podrías volver a subir los enlaces?