El despiece: Earwig

Asomaba el verano de 1987 y, mientras My Bloody Valentine agotaban su etapa de jangle pop inocentón con un ruido confuso de fondo, el dúo británico A.R. Kane daba con una combinación de elementos que inspiraría a numerosas bandas en los siguientes cinco años y definiría todo un género. En los tres temas del EP Lollita transportaban la música que se había venido calificando como etérea hasta una dimensión tormentosa, descarnadamente violenta. Títulos como 'El sadomasoquismo es indispensable' o 'El coleccionista de mariposas' añadían incomodidad a un cuadro eléctrico que ya apuntaba a la obsesión y a la claustrofobia, pero la misma 'Lollita' era un despliegue de contrastes -como si Sade Adu contagiase de jazz y melancolía a los Cocteau Twins de 'Love's Easy Tears'- cuyo colofón era la irrupción de una guitarra que explotaba súbitamente después de la lumbre acústica. Rudy Tambala, mitad de A.R. Kane, contaba que fue causal; estaban componiéndola ...